El 19 de febrero de 1899 marcó un hito histórico para Pinto con la inauguración de su sistema de alumbrado eléctrico. Proveniente de la fábrica de Getafe, la electricidad iluminaba las 96 lámparas estratégicamente ubicadas en calles, plazas y plazoletas, tejiendo una red de luz que envolvía al municipio en un halo de modernidad. Este avance significativo fue posible gracias a la financiación y el apoyo continuo de la Compañía Colonial, demostrando un generoso compromiso con el progreso de Pinto.
La jornada de inauguración se convirtió en una gran celebración que resonó en cada rincón del municipio. Los eventos del día abarcaron desde una solemne fiesta religiosa hasta un banquete festivo, un baile público, espectáculos de fuegos artificiales y una función teatral, ofreciendo una diversidad de entretenimiento que unió a los habitantes en un espíritu de júbilo y camaradería. Para facilitar la asistencia de los visitantes de la capital, se dispuso un tren especial, permitiendo a los invitados madrileños ser parte de esta histórica celebración. Este día quedó grabado en la memoria de Pinto como un testimonio luminoso de su entrada en la era de la electricidad, reflejando el espíritu innovador y la cohesión de su comunidad.
Pinto a Jaime Méric
En la conmemorativa jornada del 19 de febrero de 1899, la plaza de Jaime Méric se vistió de gala para un momento particularmente emotivo: la inauguración de un busto en honor al fundador de la compañía, un gesto de profunda gratitud del vecindario de Pinto materializado a través de una suscripción pública. Esta pieza de bronce, magistralmente esculpida por Elías Martín Riesco y fundida en la renombrada casa Masriera y Campins de Barcelona, se erigía sobre un pedestal artístico, llevando inscrita en una placa de mármol la dedicatoria “Pinto a Jaime Méric”.
El acto, que capturó la atención y el corazón de todo el pueblo, fue presidido por el alcalde de la Villa, D. Estanislao Pérez Díaz-Cuerva, quien conmovió a los presentes con un discurso que resonó en el ambiente por su calidez y sinceridad. En él, expresó la profunda gratitud del vecindario hacia la familia Méric y deseó un futuro próspero para la industria que lideraban. En respuesta, D. Edmundo Méric, hijo del homenajeado y entonces director y propietario de la compañía, ofreció palabras de agradecimiento, sencillas pero cargadas de emoción, por el honor conferido a la memoria de su padre.
El tributo se complementó con un gesto simbólico: los empleados de La Colonial, que aquel año sumaban 250 personas, la mayoría vecinos y vecinas de Pinto, depositaron dos coronas de flores ante el busto, uniendo a la comunidad en un acto de recuerdo y reconocimiento. Este gesto no solo honraba al fundador de la compañía sino que también celebraba la contribución de sus trabajadores, en su mayoría locales, en el éxito de la fábrica de chocolates, enlazando así la historia de la empresa con la vida cotidiana y el progreso del municipio.
Pinto, agradecido a la familia Méric
El vecindario de Pinto albergaba un profundo sentido de gratitud hacia la familia Méric, cuyas acciones iban mucho más allá del empleo estable que ofrecían a sus habitantes. La influencia beneficiosa de esta familia se extendió a varios aspectos cruciales de la vida y el desarrollo urbano del pueblo.
La familia Méric desempeñó un papel fundamental en el progreso local, abarcando desde la financiación de proyectos esenciales hasta iniciativas sociales de gran impacto. Entre sus contribuciones más destacadas se encuentra la financiación de la infraestructura de canalización de aguas, esencial para el bienestar y la salud de la comunidad. Además, impulsaron la construcción del Matadero, ubicado en el parque Egido, y se encargaron de la restauración de las Escuelas Públicas en un momento crítico en que se hallaban en ruinas.
Su compromiso con la educación y el bienestar social se evidenció también en la educación ofrecida a las mujeres trabajadoras de su fábrica, el apoyo constante al Asilo de niñas huérfanas de San José, y la inversión en el mantenimiento y mejora de calles y caminos, contribuyendo significativamente a la calidad de vida en Pinto.
En reconocimiento a estas invaluables contribuciones, y como preámbulo a la inauguración del alumbrado eléctrico y del busto en honor al fundador, el Ayuntamiento de Pinto concedió al Excelentísimo Señor D. Edmundo Méric Méric el título de hijo adoptivo de la Villa. Este acto no fue solo un gesto ceremonial, sino una expresión genuina del agradecimiento y el respeto que el pueblo sentía por la familia Méric, cuya huella en el desarrollo y mejora de Pinto era recordada y valorada.
El rescate histórico
Que hayamos podido recuperar toda esta valiosa información se debe al meticuloso trabajo de Mario Coronas, un apasionado historiador local cuyas investigaciones han arrojado luz sobre multitud de capítulos significativos de la historia de Pinto. En 2016, coincidiendo con el 150 aniversario de la fundación de la emblemática fábrica en Pinto, Coronas publicó el libro «150 años de aroma a chocolate en Pinto» que compilaba toda esta importante información para el municipio, revelando detalles hasta entonces desconocidos sobre la contribución de la familia Méric al desarrollo del municipio, así como la gran importancia de la fábrica a nivel mundial.
Su obra no solo redescubrió la historia del busto de Jaime Méric, sino que también detalló la inauguración del alumbrado público eléctrico en Pinto, un hito que posicionó a la localidad como uno de los primeros municipios españoles en disfrutar de este avance tecnológico. Hasta la publicación de su libro, muchos detalles sobre la inauguración del busto, incluida la fecha exacta, la inscripción en la placa desaparecida y recuperada en 2016, y la identidad de su escultor, permanecían envueltos en el misterio.
En una próxima entrega, entrevistaremos al historiador local, quien compartirá con nosotros el proceso detrás de su investigación. Nos contará cómo, a través del minucioso estudio de hemerotecas, logró rescatar del olvido detalles cruciales que permitieron reconstruir esta parte de la historia de Pinto, revelando el impacto profundo que tuvo la familia Méric en el progreso y bienestar de la comunidad.
Su labor no solo ha enriquecido el patrimonio histórico de Pinto, sino que también ha permitido a sus vecinos reconectar con una parte significativa de su pasado, redescubriendo la magnitud de la gratitud que el municipio debe a la familia Méric y la importancia de la innovación en su desarrollo urbano y social.