Pinto despide hoy a una de sus figuras más destacadas del siglo XX. Ha fallecido José Manuel Mateu Gippini, empresario ejemplar, impulsor de Mateu-Cromo Artes Gráficas S.A., y responsable de convertir aquella empresa familiar en una de las más prestigiosas de Europa en el ámbito de las artes gráficas. Su fallecimiento deja un profundo vacío no solo en Pinto, sino también en el sector industrial español, donde su nombre es sinónimo de innovación, rigor y excelencia.

Heredero de una larga tradición familiar

Hijo de José Antonio Mateu Gurumeta y Felisa Gippini Gurumeta, José Manuel pertenecía a una saga de emprendedores vinculados a las artes gráficas desde finales del siglo XIX. Con apenas 19 años, en 1957, se vio obligado a abandonar los estudios de Derecho para asumir la dirección de la empresa familiar, cinco años antes del repentino fallecimiento de su padre. Desde ese momento, su capacidad de liderazgo, su visión empresarial y su carácter exigente marcaron el rumbo de una compañía que llegaría a convertirse en un referente internacional.

En 1961 inició el traslado de Mateu-Cromo a Pinto, apostando decididamente por el municipio. Dos años más tarde, el 9 de abril de 1963, se constituyó la sociedad anónima Mateu-Cromo Artes Gráficas S.A., con José Manuel Mateu Gippini como presidente. Desde entonces, la empresa creció de forma vertiginosa: llegó a contar con más de 1.500 trabajadores, de los cuales 900 residían en Pinto, consolidándose como uno de los principales motores económicos y sociales de la localidad.

Un empresario visionario y creador incansable

Bajo su dirección, Mateu-Cromo se convirtió en líder del sector gráfico en España y una de las tres mayores empresas del ramo en Europa. En sus instalaciones se desarrollaban todos los procesos de impresión —litografía, offset, tipografía, cartonaje, encuadernación, fotomecánica y estudio de dibujo—, alcanzando una calidad reconocida por clientes nacionales e internacionales.
Su filosofía empresarial se resumía en cuatro pilares: competitividad, calidad del producto, calidad del servicio y rapidez en las comunicaciones.
Gracias a esta visión, Mateu-Cromo exportaba a Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos y diversos países árabes.

Además de su labor al frente de la empresa, José Manuel Mateu Gippini fue un creador de proyectos. Fundó o impulsó diversas sociedades que respondían a las necesidades del momento y a su constante afán por diversificar e innovar. Entre ellas destacan Transportes García de la Fuente, Consultas y Asesoramientos, S.A., y MACURSA (Mateu Constructora de Urbanizaciones, S.A.), empresa con la que promovió la construcción de viviendas en Pinto cuando el municipio comenzaba a crecer y necesitaba nuevos hogares para sus vecinos.

José Manuel Mateu Gippini en una imagen tomada en 2019

Lejos del protagonismo público, José Manuel fue un empresario en la sombra, admirado por su coherencia, su inteligencia y su perfeccionismo. Los bancos y las grandes compañías europeas sabían bien que era él quien tomaba las decisiones. Su cultura enciclopédica, su amor por la lectura y su pasión por la ópera completaban el retrato de un hombre reservado, de pensamiento profundo y curiosidad inagotable.

La venta de Mateu-Cromo y una nueva etapa vital

En el año 2000, con la empresa en su máximo esplendor y una facturación cercana a los 80 millones de euros, José Manuel Mateu supo anticipar los cambios que se avecinaban con la llegada del soporte digital. Decidió vender Mateu-Cromo al Grupo Santillana (PRISA) en un momento de máxima valoración, demostrando una vez más su visión estratégica.

Lejos de retirarse, orientó entonces su vida hacia una nueva pasión: el campo. En Santa Bárbara de Casa (Huelva) fundó Dehesa Dos Hermanas, la mayor explotación ovina de Europa y la primera en obtener el certificado de Bienestar Animal en España. Allí aplicó la misma exigencia, método y espíritu innovador que le habían acompañado siempre.

El legado de un hombre excepcional

El cierre de Mateu-Cromo en 2012, y la demolición de sus naves en 2021, marcaron el final de una era industrial en Pinto. Sin embargo, la huella de José Manuel Mateu Gippini permanece viva. Su nombre está ligado a una época de prosperidad, empleo y desarrollo tecnológico sin precedentes para la localidad. Su figura encarna la inteligencia, la discreción y el compromiso con el trabajo bien hecho.

Hoy, Pinto despide a uno de sus grandes.
A un empresario culto, exigente y humano, que hizo de la perfección una forma de vida.
Su legado, tanto en el mundo de la industria como en la memoria colectiva de Pinto, perdurará como ejemplo de esfuerzo, visión y amor por su tierra.

Descanse en paz, don José Manuel Mateu Gippini.

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