Hoy se cumplen treinta años de la brutal agresión que acabó con la vida de David Martín Martín, un joven pinteño de 20 años, deportista, alegre y muy querido por sus amigos y vecinos. Fue atacado salvajemente por un grupo de cabezas rapadas de ideología neonazi la noche del 14 de octubre de 1995 en Arganda del Rey. Dos días después, el 16 de octubre, falleció en el Hospital Gregorio Marañón a causa de las graves lesiones sufridas.

En recuerdo de aquel vecino excepcional y de una tragedia que conmocionó a todo Pinto, ePinto dedica el vídeo “Ni olvido ni perdón” a su memoria. Treinta años después, el mensaje sigue siendo el mismo: la violencia y el odio no tienen cabida en una sociedad justa.

Un crimen que estremeció a todo un pueblo

La noticia del asesinato de David Martín sacudió los cimientos de Pinto. Nadie podía creer que aquel chico alegre, amigo de sus amigos, amante del deporte y con toda la vida por delante, hubiera sido víctima de una violencia tan irracional.

David fue atacado a las puertas de una discoteca de Arganda por miembros de la banda neonazi “Los Pastilleros”. Fue golpeado a puñetazos y patadas hasta quedar inconsciente. Ingresó en estado crítico con un traumatismo craneoencefálico severo y, tras dos días en coma, perdió la vida.

El Ayuntamiento de Pinto se personó como acusación popular, en un caso que provocó indignación en todo el país. En 1997, uno de los agresores fue condenado a diez años de prisión por homicidio, una sentencia que dejó un sabor amargo entre los vecinos que pedían justicia.

El dolor convertido en lucha

Sus padres, Rosi y Ángel Martín, junto con sus hijos Ángel y Miriam, canalizaron su dolor en una causa justa. Junto a otras familias que habían pasado por tragedias similares, fundaron la organización “Madres contra la Intolerancia”, para reclamar justicia y sensibilización frente a la violencia juvenil y los crímenes de odio.

Un pueblo unido en el dolor

El entierro de David fue multitudinario. Más de tres mil personas acompañaron a su familia, en una muestra de cariño y solidaridad que aún hoy recuerdan quienes la vivieron. Días después, el 8 de diciembre de 1995, Pinto volvió a reunirse para rendirle homenaje en el Polideportivo Municipal, bajo el lema “Que este final suponga un comienzo”.

Allí, su hermana Miriam pidió a los asistentes que nunca dejaran morir su recuerdo. Se soltaron 5.000 globos blancos hacia el cielo y se disputó un partido de fútbol en su honor, el deporte que tanto le apasionaba.

Poco después, el Ayuntamiento de Pinto cumplió el deseo de sus amigos y vecinos dedicándole una plaza en el barrio de Parque Europa, donde una fuente y una placa mantienen viva su memoria.

Treinta años después

Treinta años después, Pinto sigue recordando a David Martín como lo que fue: una persona buena, generosa y llena de vida, cuya ausencia dejó una herida profunda pero también un legado de unión, conciencia y esperanza.

David es y será siempre símbolo de la lucha contra la intolerancia y la violencia.

David, no te olvidamos. No perdonamos.

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