El próximo 25 de marzo, el municipio de Pinto celebrará el 170 aniversario de la creación del Colegio de Guardia Jóvenes “Duque de Ahumada”. Muy pocos pinteños conocen que aquí se cimentó la primera escuela de “polillas”, como se conoce a los miembros de la Guardia Civil que se forman en esta institución (y son hijos del cuerpo), que actualmente tiene su sede en el pueblo vecino de Valdemoro.
Las raíces pinteñas de la Guardia Civil
En Pinto, “La Compañía de Guardias Jóvenes”, como se conocía en sus inicios, estuvo tan solo tres años (entre 1853 y 1856), pero fueron años muy importantes y, sobre todo, fue el verdadero germen de un centro educativo-militar, que con el paso de los años ha adquirido gran prestigio y se ha convertido en un referente a nivel mundial. Del Colegio de Guardia Jóvenes han salido generaciones y generaciones de guardias civiles, que hoy en día desempeñan la labor policial por toda la geografía española.
Pero volvamos a la historia. En 1853, casi una década después desde que D. Francisco Javier Girón y Ezpeleta, “II Duque de Ahumada”, creara el cuerpo de la Guardia Civil (1844), con el beneplácito de la reina Isabel II, puso la primera piedra de un proyecto que cumple 170 años, el Colegio de Guardias Jóvenes, todo un símbolo.
Atrás quedan los primeros alumnos que ocuparon las dependencias de una casa señorial de Pinto conocida como “la casa del Grande”, hoy reconvertido en el Centro Municipal de Cultura de Pinto (CMC).
Este centro, donde se acogían a huérfanos e hijos de miembros de la Benemérita, fue uno de los proyectos personales del Duque de Ahumada, que no dudaba en ir a visitarlo frecuentemente. Finalmente, en 1856, el aumento de alumnos hizo que su emplazamiento se trasladara a Valdemoro, aunque en Pinto quedaron impregnados esos valores que atesoran la institución más valorada por los españoles.
Pinto siempre ha vestido de verde y ha sido “polilla”
“El honor ha de ser a principal divisa del Guardia Civil; debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás”. Así comienza la Cartilla del Guardia Civil, el santo grial para la institución y para sus casi 80.000 miembros que forman la institución.
Esa vocación, sumado a sus casi 180 años sirviendo al ciudadano es un claro ejemplo de lo que significa esta institución para el pueblo de Pinto. No es extraño hablar con los vecinos más experimentados, que pasean por pasean por el parque de El Egido, y que no salga alguna anécdota positiva con algún miembro de la Guardia Civil de Pinto. “El Sargento…, los guardias civiles…, el cuartel…, los secretas de la Guardia Civil” son algunas de las referencias hacía la Benemérita. Un ejemplo del arraigo que la Guardia Civil tiene en Pinto.
Los jovenzuelos, recordamos aquel cuartel de cal blanca que veíamos en los límites del Pinto de antaño. Un cuartel con sus grandes puertas verdes y su legendaria leyenda que rezaba el mítico lema: “Todo por la patria”. Un cuartel con sus torretas de vigilancia y sus pequeños agujeros donde todos imaginábamos salir bayonetas, al más puro estilo “fuerte americano”.
La Guardia Civil para Pinto ha sido un símbolo de su historia. Quizás su naturaleza militar y sus orígenes humildes, que caracterizan a sus agentes, sea la mejor tarjeta de visita que una institución puede tener. La disciplina impoluta, sus jerarquías y esa vocación por el ciudadano ha hecho que se haya convertido en uno de los cuerpos policiales más queridos y respetados por los pinteños y todos los españoles.
Por este motivo, el acto que tendrá lugar el próximo 25 de marzo, será más que un homenaje al 170 aniversario del Colegio de Guardia Jóvenes, será el reconocimiento y agradecimiento de todo un pueblo a la Guardia Civil, una institución que se ha ganado a pulso el respeto y el cariño de todos los vecino y vecinas pinteñas, que valoran y agradecen el gran trabajo que llevan realizando tantos y tantos años en Pinto.
Muchas gracias por tanto y ¡Viva la Guardia Civil!
¡BOFA!