Una curiosidad, quizás algo tonta, es cómo nos vestíamos antes para practicar deporte y cómo nos vestimos ahora. Quién no recuerda esos pantalones cortos y camisetas brillantes, con un reborde muy estrecho de otro color en los extremos. La vecindad pinteña, sobre todo los más humildes, comprábamos en la popular tienda de “Los Jalis” esos pantalones y camisetas (de imitación), que traían a cientos y vendían como rosquillas. Te servían para todo. Para ir elegante a ligar por la barriada, para jugar al fútbol, baloncesto, tenis, atletismo… Algunos que otros, que se podían permitir el lujo de comprar ropa de marca, se paseaban con ese halo de innata elegancia y con la frente alta, intuías que te decían –mírame, qué bien me queda-. Eran el niño pera, o los cursis de turno, que vestían a diario de verde loden, gris marengo o azul clásico.

Las marcas deportivas más conocida de la época eran Adidas, Fred Perry, J´hayber, Kelme, Joma, Paredes, Yumas, Jhon Smith, Fila, Vans…y otras marcas poco reconocidas (salvo las Tórtolas). Así nos vestíamos los menos pudientes, con prendas prestadas de tus mayores, intercambiábamos con amigos o se las daban los vecinos del barrio a tu madre para que te las pusieras tú (reciclaje inclusivo, lo llaman ahora).  

El equipo de baloncesto del Pinto con su atuendo blanco y rojo en las instalaciones del mítico Polideportivo Egido. Foto: J.J.L.C

Los aficionados pinteños al baloncesto copiaban a los americanos vistiendo camisetas simuladas u originales de la NBA. Recuerda que te las ponías no solo para jugar al deporte que te apasionaba, sino para fardar (presumir) de moderno o de vestir tendencias. Los equipos pinteños de baloncesto, vestían equipamientos completos monocolor (camiseta y pantalón) negro, azul, verde o amarillo, de hecho, los reconocíamos por los colores de las camisetas, casi más que por el nombre del equipo. Ahora el aficionado pinteño al básquet, tiene tendencia hacia el atuendo de color naranja.  

Ese mítico chandal de táctel. En la foto se pueden ver a cinco deportistas pinteños en las escaleras del polideportivo Sandra Aguilar. Foto: J.J.L.C.

Un ejemplo significativo de indumentaria deportiva era el chándal, que ha pasado por todo tipo de modelos, colores y tejidos: Algodón y fibra sintética, generalmente. ¡Ay! Esos chándales de poliéster o de táctel, ¡qué daño hacían a la vista! Ahora, curiosamente, vuelven a estar de moda.  O quién no se ha vestido con el clásico chándal azul marino con las tres franjas en color blanco u otro tono de azul, que eran, la mayoría, prendas de imitación. Los más atrevidos hasta llevaban chándal de vibrante color rojo, la chaqueta y pantalón, con las franjas blancas a los lados, eso sí. Los diseños del chándal eran y son todavía el atrevimiento a romper con las reglas establecidas y las tallas pasan de slim fit (súper ceñidos), a súper grandes (oversize).  

En la foto Javier Tajuelo con una de las camisetas que se vendían en la mítica tienda de «Los Jalis». Foto: J.J.L.C.

En el ciclismo, los llamativos colores del maillot eran y son imprescindibles. Esos tejidos de antaño que no transpiraban, pero que se veían a distancia, generalmente con letras impresas de algún generoso patrocinador en el frontal del maillot y del pantalón.  Tanto la montura (bicicleta) como el atuendo ha cambiado muchísimo y a mejor. ¡Dónde vas a parar!, el ligero peso de la bici, la fiabilidad y seguridad de los rastrales, la eficiencia del maillot, que se estira, se ajusta y se mueve contigo y del culote que tiene una badana que ofrece confort durante horas. Mejor así, que el ciclismo es duro de pelar, como la frase de la canción popular de la cantante Rebeca.  

El Polideportivo Egido era testigo de partidos de tenis en pleno casco urbano de Pinto. Foto: J.J.L.C.

Los jugadores de tenis, eran más discretos y tradicionales, casi todos con el polo de manga corta, pantalón o falda en el caso de las mujeres, con bolsillos, calcetines y zapatillas, de color blanco. Si acaso algún ribete estrecho de color. Con el tiempo fueron dándole al vestuario una estética más urbana y gamberra, con esbozos más colorido y desestructurado. La cinta en el pelo y en la muñequera, era otro elemento clásico de la vestimenta del tenista.   

El color rojinegro siempre ha sido un símbolo en el fútbol pinteño. Foto: J.J.L.C

En fútbol, los pinteños vestíamos con los colores del Atlético Pinto, en rojo y negro, la primera equipación y verde y blanco, la equipación de reserva. Al principio sin marca reconocida, pero que imitaban a las marcas más prestigiosas, con las características tres franjas, cosas del menudeo de las falsificaciones. Después de algunas décadas, ya se comercializaban equipamientos de fútbol con el escudo, la marca del atuendo en el pecho y logo o texto de patrocinadores en varios sitios de la camiseta y el pantalón.  

En la foto, alguno de los miembros del Club Villa de Pinto como Juste, Toni o las hermanas Pacheco. Foto: J.J.L.C

En el atletismo pinteño, se usaban esas prendas coloridas y brillantes, que ya hemos calificado. Los pantalones se ajustaban más al cuerpo, para poder correr, lanzar y saltar con más ligereza. Las zapatillas deportivas al principio pesadas, se han adaptado a formas más ergonómica para ganar adherencia y flexibilidad. Los chavales de los clubes de atletismo de Pinto, vestían camiseta y pantalón monocromo, generalmente, verde, azul o amarillo. 

El fitness siempre ha estado muy presente en el municipio de Pinto. Foto: J.J.L.C.

Pocos eran los pinteños que por esos entonces pisaban el gimnasio. Los osados que querían verse bien y tener músculos de los que presumir. O, por qué no, por estar satisfecho con uno mismo, gastando energía y mejorando la salud. La vestimenta de ellas, las escasas mujeres que se atrevían a ir al gym (molaba más en inglés), se ponían mallas largas, con colores supervivo, leotardos y calentadores. Ellas eran más del fitness (seguimos con el inglés) y eran más cuidadosas y elegantes al vestir. Ahora la ropa deportiva es moda, y se usa el estilo casual, no es necesario llevar otro atuendo y cambiarte, ya están listas para la rutina del entrenamiento. 

Durante muchos tiempos el gimnasio del PDM ha sido un referente en el municipio de Pinto. Foto: J.J.L.C.

Los hombres que acudían al gimnasio, al principio algo avergonzados e ingenuos, llevaban los primeros días, camisetas impresas del supermercado Minimax, pantalón de fútbol regalo del mítico Patronato, conocido por todos como “PDM”, zapatillas azules Tórtola, cinta en el pelo con los colores de la bandera de Francia, de cuando jugaron un par de días al tenis. Si hacía frío se colocaban el chándal del Madrid o del Atleti o uno de andar por casa, multicolor, del equipo pinteño de la liga social, por ejemplo.  

Pagaban unas pocas cuotas mensuales y la mayoría no volvían. Ahora no es así, sigue habiendo el bien intencionado que paga cuotas y no acude apenas, pero la estética, el cuidado personal, y el cuidado por la salud, predomina entre la población que se inscribe en el gimnasio.  La ropa es más ligera y flexible y más higiénica que evapora el sudor.  

Las mujeres han tenido un papel fundamental en el deporte pinteño. Foto: J.J.L.C.

Lo que ha cambiado con el tiempo y hace que parezca más chic, es el lenguaje, tenemos el fraseo de running por correr, el gym trainer o coach, por el entrenador personal, la prenda vintage o retro, por atuendo antiguo, y así un sinfín de variedades lingüísticas anglosajonas. Pero se practica mucho deporte y actividad física que antes (yoga, pilates, meditación, clases dirigidas).   

La moda deportiva retro vuelve a estar de moda. Foto: J.J.L.C.

Ahora vuelve a estar de moda todo lo retro, y Pinto no es una excepción. Así que nos subimos a la ola del momento y esperamos que os haya gustado este articulillo del Rincón de Cuchillo, que deliberadamente, ha usado un lenguaje exagerado en las descripciones para buscar en el lector una mueca campechana, que siempre viene bien y, por supuesto, un viaje al pasado por algunas de las prendas que todavía guardamos en el fondo de nuestros armarios, para recordar una vida que guardamos con cariño en el fondo de nuestro corazón.  

José Juan López Cuchillo.

El Rincón de Cuchillo (ePinto)

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