El pasado martes las fuertes rachas de viento de la borrasca «Bárbara» rompieron la estructura del árbol centenario del Cristo, un olmo de más de trescientos años, una altura de 16 metros y un perímetro de 3,40 metros, que en enero de 2015 fue declarado «árbol singular» de la Comunidad de Madrid. Desde hace dos años tenía un vallado perimetral, que fue ampliado, para asegurar la seguridad de los viandantes por las caídas de ramas.
El árbol, testigo viviente de la historia de Pinto, estaba enfermo de grafiosis. En el caso de Pinto, prácticamente todo el término municipal estaba rodeado de hileras de olmos, sin embargo, como ha ocurrido en gran parte de Europa, esta enfermedad diezmó su población hasta dejar solo ejemplares testimoniales, como éste junto a la ermita Cristo.
UNA PODA PARA GARANTIZAR SU PERDURABILIDAD
El informe de la Comunidad de Madrid ha resuelto que el Ayuntamiento debe podar el árbol para garantizar su perdurabilidad y la seguridad ciudadana. Ambas administraciones realizaran todos los esfuerzos posibles para que los pinteños podamos seguir disfrutando de este ejemplar singular.
EL ÁRBOL SERÁ CLONADO POR IMIDRA
Hasta el lugar se acercarán estos días técnicos del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra) para recoger muestras vegetales del olmo para poder clonarlo, tal y como hacen habitualmente con otras especies destinadas a preservar el patrimonio genético de la Comunidad de Madrid y a aumentar el número de los árboles autóctonos, según ha declarado una portavoz de la Consejería de Medio Ambiente.
EL OLMO, ÁRBOL SINGULAR
La figura de “Árbol Singular” se creó mediante el Decreto 18/1992, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre.
El objetivo es proteger y conservar este valioso patrimonio natural de la Comunidad de Madrid, ya sean árboles excepcionales por su tamaño, excelencia de porte, longevidad, originalidad de formas, significación histórica, cultural o científica e incluso valor sentimental entre las gentes de un municipio. El catálogo de la Comunidad de Madrid recoge unos 250 árboles en nuestra región con esta denominación.
El olmo era un árbol muy apreciado antiguamente por su madera, bonito porte y fácil crecimiento. También era utilizado ornamentalmente en palacios y jardines reales. La tradición de plantar un olmo en las plazas de los pueblos se remonta a la época de los Reyes Católicos.
El olmo es una especie que habita de forma natural en sotos y riberas de los ríos, donde se asocia con frecuencia a sauces, chopos, álamos y fresnos. Ha sido cultivado y extendido desde tiempos remotos por ser un buen árbol de sombra, con facilidad de crecimiento, transplante y reproducción. Desde los años 80 del siglo pasado, se ha visto gravemente afectado por una enfermedad, conocida como “grafiosis“, diseminada por un pequeño coleóptero y producida por un hongo que obstruye los casos conductores de savia y provoca la muerte del árbol en poco tiempo. Debido a ello, han muerto miles de olmos en Europa, desapareciendo casi totalmente de países como Holanda y Reino Unido.