
Comenzamos la semana con una de esas historias que nos gusta leer, pero sobre todo contar. Se trata de una de esas historias de superación de un pinteño que ha demostrado que con trabajo, esfuerzo y sacrificio se puede llegar al fin del mundo, incluso a finalizar un Iromán tras una compleja operación de menisco, como sucedió el pasado domingo en la ciudad de Vitoria.
Su nombre, José Carlos Rodríguez, un pinteño que actualmente es profesor universitario, pero que pasó por las aulas del colegio Nuestra Señora de la Providencia de nuestro municipio, para hacer lo que más le gusta, compartir su conocimiento con los demás.
Tras superar una grave lesión de menisco, José Carlos, no arrojó la toalla de lograr su sueño, finalizar un ironman, una de las pruebas más exigentes que existen. Los participantes tienen que cubrir 3 pruebas extremas: 3,86 km de natación en mar abierto, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie. Todo ello, en un tiempo máximo de 17 horas.
Tras pasar por el quirófano, para solucionar unos problemas de menisco y muchas horas de entrenamiento, a lo que sumó el gran trabajo de su fisio de cabecera, Irene Tello, se lanzó a la aventura y se inscribió en la sexta edición del IRONMAN Vitoria-Gasteiz, uno de los más bonitos por sus enclaves durante la carrera y por el gran apoyo que tiene de sus vecinos, que no paran de animar durante toda la prueba.

Este pasado domingo, 13 de julio, llegó el gran día. Tocaba competir, pero sin olvidar de disfrutar de la vida. Junto a su mujer Ana y su hija Vera, que fueron un equipo infranqueable durante estos meses de duro entrenamiento, se plantaron en la bonita ciudad del País Vasco. Tampoco se quiso perder la proeza, su fisio Irene, también pinteña, que ha sido parte importante de esta aventura.

Tras superar los casi 4 kilómetros nadando en el lago de Ullibarri-Gamboa, dentro del Parque Provincial de Landa (1:17 horas), tocó el turno para los 180 kilómetros, que transcurrieron por la Llanada Alavesa, bordeando el pantano de Ullibarri-Gamboa y pasando por pequeñas localidades como Zalduondo, Gereñu y Zurbano (5:40 horas), y finalmente, con la mente fría, los más de 42 kilómetros (4:13 horas) por las calles de la ciudad vitoriana, nada más y nada menos que una maratón, para completar la prueba total (226 km) en un gran tiempo de 11 horas y 24 minutos, unos números increíbles para un deportista amateur, que es capaz de compaginar los duros entrenamientos, con su trabajo como profesor de universidad y dedicar tiempo a su familia, su mayor tesoro.
Tras finalizar la prueba, José Carlos compartió sus sensaciones con ePinto: “Para mí es un orgullo enorme poder haber logrado finalizar una prueba tan dura como el ironman de Vitoria. Quiero agradecer a mi familia todo el apoyo en estos meses y a mi fisio, Irene, porque me ha recuperado el menisco y parte del mérito es suyo. Además, para mí es un orgullo como pinteño llevar el nombre del municipio en una competición internacional tan bonita como es el Ironman de Vitoria”.
José Carlos Rodríguez, un pinteño anónimo, que ha vuelto a demostrar que debemos creer en nosotros mismos para lograr objetivos que, a priori, pueden parecer inalcanzables, que no imposibles. Una persona sencilla, apasionada por enseñar a los demás y compartir todas aquellas cosas que pueden llegar a ser útil en la vida. Y por supuesto, apasionado por su familia y amigos, pilares fundamentales en su vida, que le han hecho ser de esa clase personas especiales, como define la psiquiatra y escritora española, Marian Rojas Estapé, «Persona vitamina«.
Sin duda una proeza al alcance de muy pocos y todo ello made in Pinto.
