El año del Club Voleibol Pinto está siendo duro, muy duro para ser sincero. Pero si hay algo que caracteriza a los “Guerreros” pinteños es que nunca bajan los brazos. La temporada pasada vivieron una situación similar y finalizaron la temporada demostrando el verdadero ADN de esta entidad. Una temporada de menos a más.
La temporada 2019/2020 no comenzó muy diferente y eso para un equipo que siempre está en construcción debido al poco presupuesto que tiene es un hándicap, que su presidente-entrenador, Miguel Ángel Sánchez Ponce, solventa gracias a mucho trabajo y a un equipo de profesionales que son el complemento perfecto.
Antes de navidades, las sensaciones no eran todo lo buenas que debían ser. El pesimismo rondaba las cabezas de muchos de los componentes de la plantilla, dos victoria en doce partido era un pobre bagaje para un equipo que aspira a salvar la categoría en Superliga-2 antes de que se juegue le último punto de la temporada. Pero la victoria solvente ante el Michelín Mintonette Almería por 3-1 ha dado un giro de 360 grados al equipo.
Fueron tres puntos importantes, todo hay que decirlo, pero más importante fue la imagen de solvencia que dio el equipo en su temporal exilio al pabellón Sandra Aguilar. A pesar de comenzar perdiendo el primer parcial, los pupilos de Sánchez Ponce, demostraron que el Club Voleibol Pinto no ha dado su última palabra. Tres puntos, ante un equipo que, a priori, está uno o dos escalones por encima del Pinto, hace que el futuro se vea con optimismo. Dos puntos les separan del noveno (CV Pizarra) y el décimo (Voleibol Mundet) y a cuatro, está el octavo, el Servigroup Benidorm, su próximo rival.
Una victoria ante los valencianos sería un subidón de morán y el fiel reflejo que el tesón, la constancia y el esfuerzo son las señas de identidad de este equipo. Hay que recordar que salvar la categoría por segundo año para un equipo que cuenta con el presupuesto más bajo de la clasificación, sería un nuevo hito para el deporte pinteño y un nuevo epígrafe para la historia del Club Voleibol Pinto.