Iniciamos una serie de tres artículos en este mes dedicado a la mujer repasando la biografía de tres mujeres emblemáticas que, además, tuvieron relación directa con nuestro municipio en diferentes momentos de sus vidas. En primer lugar, Concepción Arenal.

Una de las luchadoras por los derechos de la mujer y la igualdad, pionera del feminismo, fue Concepción Arenal. Una mujer adelantada a su tiempo que reivindicó el libre acceso a la educación de las mujeres.

Nació en Ferrol (La Coruña) en 1820. Hija de ilustres familias gallegas y santanderinas. Su padre, defensor del liberalismo, era un militar represaliado por su enfrentamiento al régimen absolutista de Fernando VII. Falleció en prisión prematuramente quedando Concepción huérfana de padre a los nueve años.

En 1834 se trasladaría a Madrid con su madre y su hermana. Estudió en un colegio donde recibió la educación propia de las señoritas. Pero Concepción tenía una enorme curiosidad intelectual, un gran ansia por el conocimiento. Por ello, y en contra de la voluntad de su madre, estudió por su cuenta interesándose por la ciencia, la filosofía y el derecho. Durante los años 1842 y 1845 asistirá vestida de hombre, con pantalones, a clases de Derecho en la Universidad, cuando aquella institución sólo estaba reservada para el hombre. No consiguió ningún título, ni realizó exámenes, pero logró enriquecerse sobre cuestiones penales y jurídicas. Será en la Universidad donde conocerá al abogado Fernando García Carrasco, con quien contraerá matrimonio en 1848. Un hombre que comprendió las inquietudes intelectuales de su esposa y le animó a desarrollarse como escritora. El matrimonio tuvo tres hijos, aunque sólo sobrevivieron los dos menores. La mayor, Concepción, falleció repentinamente de enfermedad en 1851 con dos años de edad.

Su etapa en Pinto

Será en este momento cuando el matrimonio combina su residencia en Madrid con la de Pinto, puesto que la quebrantada salud del marido de Concepción Arenal, quince años mayor que ella, encontraba alguna mejoría en nuestro municipio. Desde la llegada del ferrocarril en 1851 el saludable pueblo de Pinto, a 36 minutos de Madrid, nuestra villa se había convertido en el mejor aliado para luchar contra las enfermedades. El sol, el campo y sus aguas habían conseguido que numerosas familias vinieran a residir, como ocurrió con Daniel Vierge o la hija de Pérez Escrich, que pronto recobraron la salud.

Concepción Arenal en su juventud

Entre las primeras obras de Arenal encontramos poemas, zarzuelas y una novela. En 1855 publica artículos en «La Iberia«, periódico liberal de gran prestigio donde su marido publica editoriales. García Carrasco enfermará de tuberculosis y será Concepción quien continue con el trabajo que desarrollaba su marido escribiendo los editoriales, incluso después de su muerte en 1857. Poco después, una ley estableció la obligatoriedad de firmar la autoría de los artículos de prensa y se vio obligada a finalizar sus editoriales, puesto que una mujer no podía aparecer como editorialista a mediados del siglo XIX, por muy liberal que fuera el diario.

En ese momento se trasladará a Potes (Cantabria), donde alquilará una casa a la madre del violinista y ferviente católico Jesús de Monasterio, quien se convertirá en su amigo fiel hasta el final de su vida. Aquí se iniciarán sus preocupaciones sociales y humanitarias.

Concepción Arenal también defendió el que las mujeres pudieran dedicarse a profesiones que hasta entonces les estaban vetadas.  En su ensayo La educación de la Mujer escribió:

«Es un error grave y de los más perjudiciales, inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre (…). Lo primero que necesita la mujer es afirmar su personalidad, independientemente de su estado, y persuadirse de que, soltera, casada o viuda, tiene derechos que cumplir, derechos que reclamar, dignidad que no depende de nadie«. 

En 1863, Concepción Arenal denuncia la pobreza y sus efectos en jornaleros y la clase obrera. Se interesa por la defensa de la mujer y en la reforma penal, defendiendo la reinserción social de los presos. Un año más tarde, será nombrada Visitadora de Prisiones de Mujeres, aunque sería cesada un año más tarde por su crítica al sistema. En 1868 será nombrada Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres, cargo que desempeñará hasta 1873.

Una de las figuras más destacadas de la historia de la Cruz Roja

En 1859, por iniciativa de Henry Dunant, comenzó la fundación de la Cruz Roja Internacional, que inicialmente tenía como objetivo realizar intervenciones humanitarias en caso de conflicto armado. La delegación española se organizó en 1864, y en 1869 la duquesa de Medinaceli, estableció la rama femenina de la organización, cuya secretaría general ocupó Concepción Arenal, participando activamente en las tareas humanitarias. Entre otros quehaceres, Concepción Arenal dirigió personalmente, durante el transcurso de la tercera guerra carlista, el Hospital de Sangre de Miranda de Ebro, donde atendió a los soldados de ambos bandos. 

En 1870, Concepción Arenal fundó La Voz de la Caridad, un periódico que a lo largo de sus catorce años de vida denunció los abusos e inmoralidades presentes tanto en hospicios como en cárceles de la época y que logró convertirse en una publicación de referencia a nivel europeo. Llegó a publicar casi medio millar de artículos. En 1874 el periódico fue declarado órgano oficial de la Sección de Señoras de la Cruz Roja de Madrid. También fue la impulsora de un proyecto llamado “el patronato de los diez”, una iniciativa que consistía en que diez familias adineradas se pusieran de acuerdo para ayudar a una familia sin recursos. En 1872 interviene en la creación de «La Constructora Benéfica», una sociedad cuyo fin es construir casas baratas para obreros.

En 1875, con la salud deteriorada, se traslada a vivir a Gijón, donde seguirá publicando artículos y trabajos. En los años 80 reivindicará la capacidad intelectual de la mujer y su derecho a recibir una educación que le permita poder desempeñar cualquier profesión en igualdad de condiciones que los hombres. En 1890 cambiará su residencia a Vigo, donde seguirá publicando trabajos hasta su fallecimiento en 1893.

Se cumplen 130 años de su fallecimiento y, desde estas líneas, me atrevo a proponer a los responsables correspondientes que el nombre del nuevo edificio que acaba de finalizarse en Pinto de la Cruz Roja lleve el nombre de Concepción Arenal por ser una figura crucial en la historia de la organización, por ser una de las pensadoras más importantes del siglo XIX en España y por ser haber sido vecina de nuestro municipio a mediados del siglo XIX.

Nuevo edificio de la Cruz Roja en Pinto

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