¿Sabías que una mujer guardabarreras dio origen al nombre de todo un barrio?

Cristina Marcos Carriazo nació en Villasequilla (Toledo) el 15 de diciembre de 1888. Ingresó en la compañía de MZA el 25 de julio de 1909 como guardesa en la 3era Brigada de la Línea de Alicante. Fue una mujer muy popular en nuestro municipio. Ejerció su trabajo de guardabarreras en el paso a nivel con barreras que estaba situado entre las calles Torrejón y doce de octubre. Esta última calle se llamó dos de noviembre, y debía su nombre a que en esa fecha y por esta calle entraron las tropas nacionales de Franco a Pinto en el año 1936.

Cristina en un carnet ferroviario de 1935

Este paso a nivel con barreras de «La Cristina» era muy transitado, ya que era el paso obligado para los vehículos en dirección de Parla, Getafe y Fuenlabrada.

El 21 de noviembre de 1908 Cristina contrae matrimonio con Julián Piñafua Díaz, nacido el 28 de enero de 1886. Ambos comenzaran a trabajar como fijos en Pinto el 25 de julio de 1909. Según su hoja de servicios, Cristina causará baja de la Compañía el 1 de agosto de 1912, siendo readmitida el 26 de julio de 1916. Cristina enviudó muy joven y contrajo matrimonio en segundas nupcias con Pedro Díaz Escobar. Cristina ejercía su labor durante el día y su marido, Pedro, durante la noche. Así fue hasta el 1 de agosto de 1950, fecha de su jubilación, a excepción de los tres años de la guerra civil y un breve periodo en el que Cristina estuvo apartada de su trabajo debido a que fue sometida a comités de depuración finalizada la guerra. Apartada de su oficio, Cristina tuvo que demostrar su inocencia y pronto se reincorporó a su puesto de trabajo, siendo readmitida el 21 de noviembre de 1939.

La casilla de Guardabarreras de «La Cristina«

Pinto recuerda a esta mujer dando su nombre a todo un barrio

Fue una mujer tan popular que el uso de su nombre en el pueblo hizo que aquel barrio, situado al otro lado de la vía del ferrocarril, recibiera su nombre. Vecinos de Pinto se acercaban hasta ese lugar para realizar compras en su casilla. Allí vendía diferentes productos. Criaba gallinas y vendía huevos que le aportaban un extra en la economía. Antes de la guerra, el matrimonio explotaba una pequeña ganadería. A partir de los años 40 se convirtió en una explotación agrícola de cereales y hortalizas en unos terrenos arrendados.

Tras la jubilación del matrimonio continuaron con la labor de guardabarreras Francisco Marcos Aguado y Justo Díaz Recio.

Con la jubilación, Cristina regresó a Villasequilla, su pueblo natal de Toledo, donde residió hasta el final de sus días en la calle Concordia, número 15.

Ecovidrio rindió homenaje a esta mujer
Plaza de La Cristina en Pinto

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