Estos días, entre le 1 y el 6 de agosto, se ha celebrado en la ciudad portuguesa la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), donde se han reunido un millón y medio de jóvenes en el evento religioso más importante del mundo, donde se reúnen jóvenes procedentes de todos los rincones del mundo.
Allí estuvieron varios grupos de pinteños y pinteñas procedentes de la Parroquia Santo Domingo de Silos y la Parroquia de San Francisco Javier del barrio de la Tenería II de Pinto. Además, varios pinteños formaron parte de la organización de la JMJ 2023 como voluntarios a través de la Diócesis de Getafe. Sin duda, una forma de vivir el evento desde dentro, ayudando en todo lo necesario al millón y medio de asistentes.
Primera parada el municipio pontevedrés de Tui, donde se dieron cita unos 1200 jóvenes de diferentes municipios de la zona sur pertenecientes a la Diócesis de Getafe. Allí pasaron varias jornadas de convivencias que sirvieron de preparación para la JMJ 2023 de Lisboa.
El pinteño Javier Bedmar, miembro de la Parroquia de Santo Domingo, ha reconocido a ePinto desde Lisboa que “está siendo una experiencia muy bonita. Somos muchos jóvenes procedentes de infinidad de países, lo que hace que la convivencia sea muy enriquecedora a nivel personal y espiritual”. Su grupo está durmiendo en un colegio del municipio de Parede, a unos 25 kilómetros de Lisboa, y nos relata cómo es su día a día en el país vecino: “Está todo lleno, dormimos en pabellones, en colegios, compartimos duchas, baños, tenemos que buscar sitios donde comer, porque está todo lleno de gente de otras parroquias y de otros países, no obstante, no hay ni un solo problema, nos ayudamos entre nosotros, nos cuidamos y procuramos que a nadie le falte de nada. Sin duda una experiencia única que hay que vivir”.
El sábado fue el acto central, presidido por el papa Francisco, que lleva en Portugal desde el día 2 de agosto, donde se han ido desarrollando multitud de actos, actividades y encuentros donde los jóvenes han sido los principales protagonistas.
Este domingo, tocó el turno de volver a hacer las mochilas, que está vez vuelven cargadas de experiencias, mucha ilusión para afrontar el futuro y sin duda, un sinfín de vivencias y aprendizajes que de una forma u otra darán lugar servirán a sus protagonistas en el futuro.
Nos quedamos con las palabras de Javier Bedmar, que, de vuelta en el autobús con destino Pinto, quiso compartir una reflexión final de lo vivido en Lisboa, siendo su primera JMJ: “Ha sido una experiencia inolvidable. Es magnífico ver cómo, a pesar de los fallos y de los planes que no hemos logrado cumplir de forma individual, hemos estado en el mejor sitio, en el mejor momento y de la mejor forma. Eso es Providencia”.
