Hace unos días el jugador del equipo de los Milwaukee Bucks de la NBA, Giannis Antetokounmpo hizo un majestuoso alegato sobre el término “fracaso”, tras la eliminación de su equipo en los play-off por el título de la mejor liga del mundo. Un discurso que podría ser utilizado para hablar de la temporada del Pintobasket en su debut en Liga EBA. Porque la derrota, en este caso el descenso, no debería calificarse como «fracaso«, sino como el aprendizaje hacía el crecimiento de una entidad que ha marcado, en los últimos años, varios de los hitos deportivos en nuestro municipio. Nunca el baloncesto pinteño ha tenido tan buena salud como tiene ahora a nivel deportivo, social y en el ámbito formativo. Y eso nunca podría calificarse como «fracaso«.
En ocasiones en Pinto tenemos un gran problema con el deporte. Como ocurrió con el desaparecido Cadonsa Pinto F.S., que llegó a jugar unas semifinales de los play-off de la Liga Nacional de Fútbol sala, la mejor competición del mundo de este deporte, o actualmente ocurre con el Club Voleibol Pinto, que se ha consolidado en Superliga-2, los pinteños, en líneas generales, no valoramos lo difícil que es para un club local llegar a jugar en las divisiones nobles del deporte nacional. Todavía no hemos sido capaces de creer y apoyar al deporte pinteño para llegar a codearnos con municipios de toda España, que cuidan y miman el deporte con un gran proyecto de ciudad. Aunque poco a poco hay tímidos atisbos de que esto podría estar cambiado.
Otro caso ha sido el efímero paso, por el momento, del Pintobasket por Liga EBA, una categoría donde comienza el camino hacia el baloncesto profesional. La entidad que preside Emi Torres hizo un importante esfuerzo para que Pinto tuviera un equipo en Liga EBA. Por primera vez en la historia del deporte pinteño, nuestro municipio iba a tener representación en una competición tan importante como era la Liga EBA. Un hito para el deporte pinteño.
Una experiencia para aprender
En verano el 2022, los despachos del Pintobasket echaban humo. Todo el staff de la entidad naranja quería confeccionar la mejor plantilla para su debut en Liga EBA. Para los que no lo conozcan Pintobasket es como casi todos los clubes pinteños. Lejos de grandes estructuras profesionalizadas, el equipo naranja es una pequeña gran familia. Un club familiar donde todos reman y aportan su granito de arena para que las cosas salgan. Porque lamentablemente, apenas hay dinero, y lo que hay debe de estar bien invertido para que el crecimiento de club siga siendo constante.
El míster de los milagros, Miota, comenzó la temporada con un planten de jugadores de la entidad con alguna incorporación de calidad. Los primeros partidos comenzaron creando cierta incertidumbre pero la primera victoria llegó. Una victoria que dio alas al club y el nombre de Pinto comenzó a sonar en muchas de las quinielas a equipo revelación. Un dato prometedor para un equipo que acababa de aterrizar.
Pero todo en la vida no se puede medir en éxito. El equipo trabajó muy duro, pero las lesiones y los resultados comenzaron a dar la espalda a un equipo que vivió en primera persona las turbulencias de una categoría muy dura en exigencia. Finalmente, tras una situación compleja a nivel deportivo, se produjo la salida de Miota, más que un entrenador en el club. Una persona que pasará a la historia del Pintobasket por ser el entrenador que llevó al equipo a Liga EBA. Es el peaje que en ocasiones deben pagar cuando se toma el camino de los banquillos.
Con el paso de las jornadas los resultados no mejoraron y se certificó el descenso. Quizás, tras la temporada más dura que se recuerda en la entidad, el Pintobasket quiso despedirse con una gran fiesta conmemorando el “Día de la Cantera”. Aprovechó su último partido en el Pabellón Príncipe de Asturias, frente al Guadalajara Basket, para homenajear y agradecer a todas las personas que han hecho posible que la pequeña gran familia del Pintobasket haya vivido el sueño de jugar el Liga EBA y especial a su cantera, la joya de la corona del club. Porque si hay algo que identifica sobremanera al club naranja es que en este barco todos reman en una misma dirección.
Algún día, como ha ocurrido con otros deportes, todos los vecinos y vecinas de Pinto nos daremos cuenta lo difícil que es llegar a colocar a un equipo local en las principales categorías del deporte español. Disfrutar de clubes como los que tenemos en nuestro municipio es el mejor tesoro que un pinteño puede tener, un orgullo y todo un privilegio.
Gracias por hacer del deporte pinteño la mejor tarjeta de visita de nuestra querida Villa de Pinto.
El Pintobasket volverá a donde se merece y por qué no seguir soñando…