Amalio Torres Lozano, voz pública y sepulturero de Pinto, nació el 7 de septiembre de 1905. Su padre, Amalio Torres Castaño, también había sido sepulturero y voz pública en Pinto hasta que fue sustituido por su hijo el 20 de abril de 1935. Vivía en la calle San Francisco de Asís, nº 19.

En su cementerio, Amalio, sentado sobre su hato, era un gran contador de anécdotas, unas vividas por él y otras que le había contado su padre, referidas a los difuntos que dormían el sueño eterno bajo sus lápidas de mármol. Era una fuente inagotable de anécdotas. Cigarro tras cigarro, hablaba sin interrupción pronunciando, invariablemente, el calificativo de “pobrecito”, cuando mencionaba los nombres de las personas fallecidas protagonistas de sus historias.

Al atardecer, habiendo terminado sus faenas en el cementerio, regresaba al pueblo para realizar su otra función, pregonero del pueblo. Su burro estaba amaneado fuera del recinto del cementerio. Era su medio de transporte y le trataba como a un viejo amigo. Le pasaba repetidamente la mano sobre el lomo, limpiándole de pajas y de tierra antes de colocarle la sudadera y la albarda, operación que realizaba sin dejar de hablar, narrando sus anécdotas, entremezclando frases de cariño dirigidas a su burro.

Amalio alternaba su oficio de sepulturero con el de pregonero, una figura imprescindible en tiempos antiguos. Un oficio de antaño perdido en las brumas de la memoria.

A la caída de la tarde, Amalio, con su gorra característica que infundía autoridad, y su trompetilla reluciente y curva en bandolera, se dirigía a la mitad de la plaza. Allí daba dos toques espaciados con su trompetilla para acaparar la atención de la vecindad. Aquellos que vivían en las casas próximas salían a los balcones o a las puertas para escuchar con atención. Los chiquillos, con pantalón corto y tirante, se agolpaban a su alrededor. Y era cuando Amalio lanzaba al aire, con voz recia atiplada, la noticia del día:

De orden del señor alcalde, se hace saber que esta noche a las ocho habrá función de títeres en la Plaza”.

Las noticias que daba Amalio eran todas aquellas que afectaban a la población. Era el encargado de anunciar, avisar e informar de cuanto podía interesar a los vecinos de Pinto, bandos del alcalde, acuerdos para reparar calles, talla de los quintos, etc. También existían los pregones privados, donde los comerciantes mediante pago hacían uso del pregón para anunciar los precios de sus productos.

Se hace saber a todos los vecinos que…

Amalio, fue una persona de gran corazón, que supo ganarse las simpatías de sus vecinos y era elogiado por el buen estado en el que tenía el camposanto pinteño.

En la sesión extraordinaria del 2 de diciembre de 1970 fue entregada por el alcalde de Pinto, Gabriel Martín Santos, una placa conmemorativa de los 35 años de servicio en el Ayuntamiento a D. Amalio Torres Lozano, sepulturero municipal. El alcalde elogió el trabajo realizado por dicho señor, en el cuidado y mejora del Cementerio de Pinto.

Amalio Torres falleció a los 87 años de edad el 4 de abril de 1992.

En la fotografía, Amalio junto a su burro y sus nietos Mari José y Miguel Ángel.

1 COMENTARIO

  1. Toda persona honesta y de buen corazón, como él lo era, es de reconocérselo por la humanidad que desbordaba, gran persona AMALIO….

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí