Querida Meli.

Todavía no me creo que te hayas marchado sin tu cariñoso mensaje de despedida que me tenías acostumbrado. Han sido muchas las veces que nos hemos visto, hablado y comentado mil y una anécdota sobre su etapa como presidenta del Club Atlético de Pinto y la vida en general… Como voy a echar de menos estos ratitos y que me cuentes cómo están tus hijas Gemmita y Almu. Sin olvidarnos de tu nieta Sira, que ya está hecha una mujercita.

Echando la mirada atrás, recuerdo como si fuera ayer, aquella foto en la inauguración de tu campo, el Amelia del Castillo de Pinto, hace más de 25 años, un 5 de agosto de 2020, para ser exacto. Recuerdo a aquella mujer de pelo cobrizo, que posaba junto al presidente por aquel entonces, Pepe Fernández, y una quincena de exjugadores del club rojinegro de la primera etapa del club.  

Por entonces, tu figura comenzaba a recibir parte del reconocimiento que te debemos todos, los pinteños, los madrileños, los españoles y todos los ciudadanos del mundo, porque tu legado ha sido superlativo para el papel de la mujer en el deporte y en la sociedad. Has sido, eres y serás una heroína sin capa, que demostrarte al mundo que no había límites.  

Posteriormente, llegaron la presidencia de honor del Atlético de Pinto, el homenaje que recibiste en la III Gala del Deporte de Pinto, junto a Gemma, Almu y aquella princesita llamada Sira. Y el pasado 19 de noviembre, llegó tu gran día, ser nombrada Hija Predilecta del municipio de Pinto, tu pueblo. La mayor distinción que puede recibir un pinteño. ¡Qué bonito fue y qué bien lo pasamos! Un día que recordaremos para siempre en nuestro corazón.

¡Ufff! Meli, no te creas, pero hoy es de esos días que me cuesta escribir por la amalgama de sentimientos que tengo desde que me dijeron que te habías ido. No obstante, soy de los que piensan que en la vida nunca nos vamos del todo mientas nos recuerden y tu legado es tan inmenso que vas a ser de esas personas que siempre están junto a nosotros cuidándonos y protegiendo como siempre lo has hecho.

No sabes lo que has conseguido desde aquel 18 de abril de 1943, que distes tus primeros pasos en aquella calle Cádiz de Pinto. Has demostrado que, con trabajo, constancia, sacrificio y, sobre todo, valentía, se puede llegar al fin del mundo, como hiciste tú. ¡Qué vino hasta la CBS de Nueva York a conocerte a Pinto en aquellos años!

En cada momento, me saltan a la memoria grandes momentos junto a ti. Tu amor por tu Pinto, incluso en los peores momentos, son un ejemplo de una lealtad de las que casi no queda. Un gran cariño por tu pueblo, tus vecinos de siempre y aquellos exjugadores del Atlético de Pinto, que sentían devoción por su querida Amelia. Una verdadera líder dentro y fuera de los terrenos de juego.

Sin la menor duda, has sido una mujer espectacular en todos los sentidos. Como madre, esposa, abuela, amiga… Has logrado llevar a la plenitud ese lado humano, que solo poseen las grandes personas, como lo has sido tú siempre.

Ha sido un verdadero privilegio poder compartir ratitos de esta vida, poder conocerte y estar en ese circulo de privilegiados, que hemos podido conocer a Amelia del Castillo Cobos, la mujer que llegó a este mundo para cambiar el papel de la mujer en el fútbol y en la sociedad.

Te mando un abrazo enorme. Reparte algunos de ellos entre los que están allá arriba, en lo que llaman «el cielo» y diles que están siempre presentes junto a nosotros. Estoy seguro que seguirás disfrutando de los partidos de tu Atlético de Pinto y, por supuesto, del Geta, junto al amor de tu vida, tu querido Santos, de quien también nos acordamos muchísimo por aquí.

Antes de despedirme aprovecho para mandarte un abrazo enorme a toda la familia Santos del Castillo, encabezadas por tus hijas, Gemma y Almu, las que han demostrado sobradamente, que el gen Amelia del Castillo, continuará su camino, como tan bien lo hizo su madre.

Meli, te echaremos mucho de menos y siempre siempre siempre tendrás un hueco preferente en nuestro corazón.

Te queremos mucho.

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