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En 1845, el pequeño pueblo de Pinto se vio atrapado en la fiebre de un tesoro enterrado, presuntamente dejado desde la invasión francesa. Tras varios días de excavaciones y el hallazgo de una gran losa de piedra, la esperanza de los vecinos buscadores de tesoros se transformó en escepticismo. A pesar del gasto y la movilización, el resultado de esta búsqueda quedó pendiente de la intervención de las autoridades, rodeado de dudas y expectativas.

Un palacete decimonónico alberga hoy un restaurante de renombre y unos apartamentos completamente equipados.

Una de las familias ilustres sevillanas, los Montoto, establecieron su residencia en Pinto.

Como cada mes de septiembre, el Ayuntamiento de Pinto, a través de la empresa municipal Aserpinto, lanza una amplia oferta de cursillos de natación...

En unas semanas vuelve la Primera Nacional masculina de balonmano y, de nuevo, el Club Balonmano Pinto parte como uno de los equipos favoritos...