El monumento al Centro Geográfico de la Península Ibérica

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El empresario y compositor pinteño Antonio Sánchez Reina (Pinto, 1946) y el modelista e ideólogo del monumento original, Casimiro García Montesinos (Pinto, 1930), recuerdan en este reportaje cómo surgió la idea y, junto al modelo original, repasan el anecdótico proceso de fabricación del monumento original que señalaba el Centro Geográfico de la Península Ibérica.

Fue en 1986 cuando Casimiro propuso al entonces alcalde de Pinto, Carlos Penit, la colocación de una placa que señalaría el centro geográfico peninsular.

Aceptada la idea, la condición impuesta fue que la inauguración del monumento se realizaría el 14 de agosto de 1986, después del pregón de fiestas.

El modelo del escudo, diseñado y modelado por Casimiro García Montesinos, fue llevado a una primera fundición, donde no se pudo fundir porque los trabajadores estaban parados al estar tres meses sin cobrar. Al transportarse la caja de moldeo se partió en la Avenida España por los baches. Se tuvo que arreglar en Bagal S. L., empresa de mecanizado, propiedad de Antonio “Reina”. Allí se le metió en una fresadora y se reparó.

Finalmente se fundió en hierro por la fundición de los hermanos Roldán. Como el molde se había roto, hubo que llevarlo nuevamente a Bagal S.L. para repasar las asperezas del resultado de la fundición.

Reina, personalmente, realizó el punto céntrico en bronce que lleva el escudo con una espiga de 22 milímetros roscada a M22 x 1,5 con su tuerca y remachada la espiga de bronce para que no se pudiera quitar.
Después de estar terminado se tuvo que llevar a galvanizar a una empresa de Getafe. Allí se le tenía que dar la capa protectora para que no se oxidase. El problema vino cuando el dueño de la empresa situada en Getafe se enteró que el escudo iba a ser el monumento para marcar el Punto Céntrico en Pinto. Si sus empleados se enteraban, se iban a liar con el mazo hasta que no quedara ni rastro de él, por el litigio que existía entre ambos municipios. Se tuvo que esconder para dar el baño hasta que los trabajadores se fueron.

Antonio y Casimiro fabricaron el cajón de la estructura que sería el monolito para que en él se echara el cemento. Pero el cemento se iba a salir del cajón por la presión y hubo que poner gatos rápidamente. Y para evitar que alguien los quitara se rebozaron de grasa.

Finalmente el escudo se salvó de milagro en mayo de 2003 cuando el antiguo monumento fue demolido para colocar el monumento actual. Casimiro pasó casualmente por el lugar y comprobó cómo lo tenían tirado. Al hablar con Rita Cubero, secretaria de alcaldía, fue recogido y colocado el escudo en el actual monumento mirando al interior de la esquina Xata, hacia el Edificio Punctum.

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