Todo comenzó en una charla de bar entre tres amigos, tres pinteños: Ricardo Ruiz, José Juan López Cuchillo y Alfonso Ramudo “Fofo”. Tres amigos que, como es habitual, estaban arreglando el mundo. Así somos los pinteños de toda la vida. Entre tanto, apareció un hombre muy especial en la vida de Pinto, Inocente Tajuelo Díaz. Una persona muy querida por cientos y cientos de pinteños. Impulsor del deporte local y expresidente del Atlético de Pinto (1978-1984).

Estamos seguros que si en Pinto hablamos de la familia Tajuelo, rápidamente nos vendrá a la mente el cantante Rubén Tajuelo, pero en esta ocasión estamos hablando de otro de los Tajuelo, el abuelo y el patriarca de una familia con mucho arraigo en nuestro municipio, Inocente Tajuelo.

Ricardo, Cuchillo y Fofo llegaron a la conclusión de que debían preparar algo para poner en valor el gran legado de Inocente Tajuelo, una de las personas clave en el desarrollo del deporte local y en el crecimiento del Club Atlético de Pinto. Junto a Amelia del Castillo, ha sido una figura muy destacada del club pinteño. Este homenaje fue tomando forma y con la colaboración de Luis Miguel Valenzuela y Leyre Lacarra evolucionó en un bonito y emotivo acto de homenaje que tuvo lugar el pasado 19 de junio de 2024 en el centro cultural de la Casa de la Cadena. Un acto sencillo, como es él, donde estuvieron presentes parte de la historia de Pinto. La historia que nos gusta a los de «Pinto de toda la vida«.

Un homenaje emotivo, rodeado de los suyos.

La gran familia Tajuelo acompañó a Inocente en su homenaje. Foto: Javier Lozano (Vive Pinto).

Eran las siete y pocos minutos, y un exultante Inocente Tajuelo hacía su particular aparición estelar ante su público. Por supuesto, el pinteño no quiso defraudar y a sus 86 años deleitó a los asistentes con un pequeño baile para demostrar que se siente más vivo que nunca. Nunca dejará de sorprendernos el polifacético Tajuelo.

Momentos de la entrada de Inocente Tajuelo en el salón de actos del centro cultural de la Casa de la Cadena de Pinto. Foto: Javier Lozano (Vive Pinto).

Entre los asistentes pudimos ver a leyendas del Atlético de Pinto, el de toda la vida, como Francisco Ávalos, Paco “Lato”, Pedro Andrés López, Agustín Alcocer, José A. Corzo, Manuel Tejada, Antonio Dregorio, Vara, Figueroa, Pinilla, José Ignacio Ortiz, Alejandro Sánchez, Miguel Ángel Aguilar, Montes, Trigueros o Víctor Ávalos. Además, no quiso perderse el acto una de las peñas con más solera del Club Atlético de Pinto, la “Peña Vega”, capitaneada por el estadista rojinegro, Jesús Casado Díaz, y Javier Cora, que junto a Elías Arroyo Hernández, que nos dejó desgraciadamente, fundaron esta mítica peña, que en sus mejores momentos la llegaron a componer una veintena de simpatizantes.

Inocente Tajuelo, parte de la historia del deporte de Pinto. Foto: Javier Lozano (Vive Pinto).

Aunque no estuvo presente, la fundadora del Atlético de Pinto y amiga del propio protagonista del homenaje, Inocente Tajuejo, Amelia del Castillo, quiso mandar un mensaje, en forma de mensaje de voz, que emocionó a todos los asistentes, especialmente a Tajuelo, que escuchaba con atención, mirando a todos los presentes una y otra vez con los ojos a punto de romper.

Tajuelo era una fotografía de la felicidad hecha realidad. Aunque siempre ha sido una persona con un semblante contundente, donde su bigote “Guardia Civil” y sus gafas grandes eran las señas de identidad de un hombre de los de antes. Con sus defectos y sus virtudes, pero de valores encomiables. Como decía, un hombre de los de antes.

Cuchillo fue el maestro de ceremonia. Foto: Javier Lozano (Vive Pinto).

Tuvo palabras de agradecimiento dirigidas a su gran familia. Agradeció enormemente que todos sus hijos, que son siete, estuvieran presentes en el acto. Asimismo, varios nietos entre los que se encontraba Rubén Tajuelo, que demostró lo orgulloso que está de su abuelo. ADN autóctono made in Pinto.

Emotivo abrazo entre Cuchillo y Tajuelo. Foto: Javier Lozano (Vive Pinto).

El homenaje fue dirigido por uno de sus artífices, José Juan López “Cuchillo”, que tras un recorrido por su vida, hazañas, aventuras y desventuras, incluidas, se fundió en un auténtico abrazo, de los que solo se dan personas que se quieren de corazón, como es el caso. Un abrazo que simbolizó toda una vida. De esa familia que se elige y ocupa un lugar privilegiado en el día a día. Así somos los pinteños, personas sencillas con un corazón enorme.

Es de justicia destacar parte del relato de Cuchillo, que realizó una clase de Historia de Pinto, propia del Seminario de Historia Local de Pinto, destacando a equipos de fútbol como el Marpe, Canzler, Gorriones, Diablos Rojos, Águilas o Álvarez; trabajadores del Pinto como la señora Juana García y su marido Faustino, Justo Melones, Luis Romero, don Miguel Larrosa, Arturo de la Heras o la «Peña la Bota«, que viajaba en el autobús con los jugadores. Sin olvidar a Ricardo Ruiz, Félix el Pipa, el señor Paco Díaz Plaza, Fausto Casero Zamora, el señor Tomás, Conceso, Julio, Paco Álvarez, Antonio Carmona, el señor Padilla… han sido tantos. Por cierto, menudo era el mítico Renault 18 de Tajuelo, lo más parecido al popular «coche fantástico» de Michael Knight. Igual te llevaba a la sede de la Federación, que pasaba el rastrillo por el campo o se desplazaba hasta Alicante para recoger al portero del primer equipo, Emilio. Menuda máquina sería ese R18 de Tajuelo (Ya no fabrican coches así).

También tuvo bonitas palabras para la fundadora del club, Amelia del Castillo y José Antonio Fernández, el señor Pepe o como todos le conocemos «Pepe el del Chocolate«, quien estuvo como presidente del equipo pinteño en dos etapas complejas. También fue el presidente, que junto a Tajuelo, tiene el honor de lograr los dos únicos ascensos a Tercera División del Club Atlético de Pinto. Posteriormente, bajo la presidencia de Ricardo Ruiz, el equipo logró su mayor hito, jugar un play-off a 2ºB. Hoy algo impensable. Personas de club, que dieron grandeza al Club Atlético de Pinto, como nuestro protagonista.

Momentos durante la intervención de Francisco Díaz Plaza. Foto: Javier Lozano (Vive Pinto).

También hubo tiempo para la intervención de nuestro querido “señor Paco”, Francisco Díaz Plaza, que se quiso sumar a la fiesta con un relato profundo pero lleno de toques de calidad. El señor Paco es otro de esos trabajadores en la sombra, que hizo mucho bien al Club Atlético de Pinto. Fue durante infinidad de temporadas el tesorero (no sabría decir con exactitud) y el mejor amigo de una gestión hábil, intrépida y no falta de estrecheces, que el señor Paco supo sortear al más puro estilo Indiana Jones.

¡Qué tiempos aquellos!, donde el señor Paco era el sheriff de aquella oficina en los bajos de nuestro querido campo de fútbol.

Isabel Jerez recogiendo el premio a la «Mujer Ejemplar» de las manos del locutor de radio Manolo Meléndez de León. Foto: J.J.L.C

Miradas, lágrimas, emociones. También hubo tiempo para poner en valor la figura de la mujer de la casa. Porque ya saben lo que se dice, detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer y de eso los Tajuelo saben mucho. Isabel Jerez fue el secreto mejor guardado de Tajuelo. Una mujer indomable, que crio a siete hijos y ayudó a su marido en todo lo que se la requirió, dentro y fuera de casa. Sin duda, el timón de un proyecto familiar que llegó a recibir el premio a la “Mujer Ejemplar”, un galardón que recibió de las manos del conocido locutor de radio, Manolo Meléndez de León. Cuchillo la definió a la perfección con una metáfora de madre coraje: «Afortunadamente existen las madres, que no son solo parturientas, sino la red del trapecista para todo cuanto le pueda suceder a un hijo, para lo bueno y lo menos bueno«.

Isabel Jerez e Inocente Tajuelo junto a Alfonso Ramudo y Ricardo Ruiz. Foto: Javier Lozano (Vive Pinto).

Tras la lluvia de emociones, el acto finalizó con la entrega de una placa conmemorativa al protagonista de la velada, Inocente Tajuelo, de la mano de Ricardo Ruiz y Alfonso Ramudo “Fofo”, que junto a Cuchillo fueron los artífices de un día que en casa de los Tajuelo, y en especial para el padre de todos ellos, el abuelo Inocente Tajuelo, no olvidarán jamás.

Rubén Tajuelo y su mujer, Andrea Guasch, durante el homenaje. Foto: Javier Lozano (Vive Pinto).

Y como colofón final, con la canción ¿Dónde estabas tú?, compuesta por su nieto Rubén Tajuelo y el pinteño Álvaro Pacheco “Gato Charro”, se emitió un pequeño reportaje fotográfico del protagonista de la tarde, mientras los asistentes firmaron dos balones, que será un verdadero tesoro en casa de los Tajuelo.

Entre los aplausos y los vítores de todos los presentes, Inocente Tajuelo, como si fuera ayer, disfrutaba de su gran fiesta, junto a los suyos, reviviendo todo aquello, ataviado con su típico traje y corbata, su inconfundible bigote, demostrando que los caballeros no siempre llevan capa y espada, sino gastan eso que los veteranos llaman valores, honradez, amor por los suyos. Un legado lleno de vivencias como las que pudimos descubrir junto a algunos de sus protagonistas. Ese es Inocente Tajuelo, un pinteño de 86 años, que es parte de la historia de nuestro pueblo, parte de la historia de nuestra querida villa de Pinto.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí