Hoy, 14 de marzo de 2022, Pinto se ha levantado lluvioso. Un día desapacible. Triste como dirían los melancólicos. Desde la llegada del COVID a nuestras vidas todo ha cambiado de forma radical. Nadie se imaginaba que hace justo dos años, nuestras vidas iban a dar un giro de 180 grados.

Todavía recuerdo cómo era Pinto antes de la pandemia y aunque la vida sigue, nada volverá a ser como antes. Eso es una realidad muy real y solo nos queda adaptarnos a la nueva situación, como hemos hecho desde que llegó este extraño virus.

El momento más duro para los pinteños

Hemos sufrido como lo ha hecho el resto de la humanidad. Por desgracia, todos hemos tenido a algún familiar, amigo, vecino o conocido que nos ha dejado por culpa del maldito bicho. Se han ido casi sin poder despedirse.

Cientos de pérdidas que han dejado huérfano el corazón de nuestro querido pueblo, que ha visto marchar a varios de sus vecinos más ilustres. Todos y cada uno de ellos han dejado una huella y un legado que debe perdurar en nuestra memoria y en la historia de nuestro municipio. Porque no hay dos pinteños iguales. 

Por suerte, la época más dura del COVID ha pasado y miramos al futuro con optimismo, aunque la Guerra de Ucrania y la sombra de la ampliación del vertedero quieran apagar esa luz, que siempre nos acompaña a los pinteños y pinteñas de esta bonita villa al sur de la Comunidad de Madrid.

Pinto, a la vanguardia de la solidaridad

Aunque Pinto haya pasado una de las peores situaciones de la edad contemporánea, con permiso de la Guerra Civil española, los vecinos y vecinas de este municipio hemos demostrado que, si hay algo que nos caracteriza, eso es la solidaridad. Una solidaridad que se volvió a ver durante los meses más duros de la pandemia. Se vio durante filomena y se está viendo con el conflicto de Ucrania, como ya se vio con otras grandes catástrofes como fue Haití o, recientemente, La Palma. 

Siempre me ha gustado decir que Pinto es un pueblo mágico. Lleno de gente extraordinaria y donde la bondad, la solidaridad y los valores resaltan sobremanera. Pinto siempre ha sido un lugar diferente. Así lo atestiguan los nuevos vecinos que llegan para quedarse. Y ya sumamos casi 54000 habitantes. Por algo será.

Hoy se cumplen dos años desde que llegaron las más duras restricciones que conocemos de la mano de la pandemia. Dos años donde el sufrimiento ha dado paso a la esperanza. Los pinteños hemos demostrado que unidos somos más fuertes. Pieza fundamental de nuestro ADN, que tantas alegrías nos ha dado. Y las que están por llegar.

Pinto, una ciudad para vivir. Un orgullo para todos.

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