Hoy es Santo Domingo de Silos, patrón de Pinto, y fiesta en nuestro municipio.

En la imagen observamos un detalle del altar mayor de la iglesia parroquial de Pinto. Se trata de la escultura de Santo Domingo de Silos, obra de Pedro de la Torre. Sobre su mano derecha sostiene un báculo y sobre la izquierda un libro y unos grilletes, que simbolizan el papel del santo como redentor de cautivos. Si el pasado año mostramos cómo se celebró en Pinto la fiesta del patrón en 1877, hoy os narramos la vida y obra de nuestro patrón.

Nuestro patrón nació en Cañas, un pequeño pueblo de La Rioja, en el año 1000. En 1030 fue ordenado sacerdote, ocupando un puesto en su pueblo natal. Tres años más tarde, ingresó como monje benedictino en el Monasterio de San Millán de la Cogolla de la Orden de San Benito, donde hizo grandes progresos espirituales. Años más tarde, llegó a ser prior del Monasterio.

Llegó a enfrentarse al rey de Navarra, García Sánchez III, quien le exigía que le hiciera entrega de todos los objetos litúrgicos y ornamentos valiosos para financiar una de sus campañas militares. Ante la negativa de Santo Domingo de Silos fue desterrado y se refugió en Castilla bajo la protección de su rey Fernando I, quien le puso al frente del monasterio de San Sebastián de Silos, siendo su abad hasta su muerte, el 20 de diciembre de 1073.

Por su admirable gestión, tanto de la vida como del patrimonio monástico, la abadía llegó a ser un modelo de ejemplo de todas las abadías castellanas de su tiempo. Por tal motivo, tomó el nombre de Santo Domingo de Silos. Su tumba se halla en el claustro. El báculo de avellano que utilizó en los últimos años de vida se conserva en el Monasterio como reliquia.

El TAUMATURGO ESPAÑOL

De Santo Domingo se cuentan, según la tradición, innumerables milagros, como son las más de 300 liberaciones de cristianos tomados prisioneros y tratados como esclavos por los moros. Por este motivo, en el arte, a Santo Domingo se le suele representar acompañado de grilletes.

La tradición también relata que, noventa y seis años después de su muerte, el Santo se apareció en sueños a la madre de Santo Domingo de Guzmán para anunciarle que tendría un hijo que sería un gran apóstol. Por eso, aquel niño al nacer recibiría el nombre de “Domingo”, en honor al Santo de Silos. Aquel milagro fue atribuido al Báculo del Santo. Por ello también, muchas madres en España se encomiendan al Santo de Silos para pedir que sus hijos nazcan sanos y que lleven una vida santa al crecer. A tal extremo llegó, que se le nombraba como «el abogado de la fecundidad y del feliz alumbramiento«.

A la derecha la reliquia del Báculo de Santo Domingo de Silos. Madera del siglo XI, guarnecida de plata en el siglo XVIII

Fueron muchas las mujeres que experimentaron su protección en los partos difíciles: la duquesa de Frías, doña Juana de Mendoza y muchas damas de la Corte de Castilla, incluso la propia reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III. Todas ellas usaron las reliquias del santo para tal fin cuando estaba próximo el alumbramiento. Existía tanta demanda que hubo temor a que el Báculo, una de las pocas reliquias del Santo que se conserva, se perdiera, y aquel privilegio quedó exclusivamente reservado a las reinas de España. Desde el siglo XVI, el resto de mujeres que deseaban protegerse durante el embarazo, lo hacían usando en una de sus habituales vestiduras una cinta de paño o de seda de idéntica longitud al Báculo y que hubiera sido tocada con éste.

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