En la primera mitad del siglo XIX un nuevo Parador se construye junto a la carretera de Aranjuez. Era propiedad de D. José de Llanos. En aquella época tan solo existían dos paradores en el trayecto Madrid – Aranjuez; el Parador de Villaverde y el Parador de Pinto. No era muy común encontrar en las carreteras de España un establecimiento como el Parador de Pinto. Muchos viajeros elogiaban el buen estado en el que se encontraba. Allí pernoctaban los carros, se echaba pienso a las mulas y dormían los carreteros cuando habían desplazamientos largos. Además de un gran aseo y el precio competitivo, se hallaba también una bodega bien provista, gran variedad de alimentos, y todo aquello que pudiera interesar al viajero.  También Pascual Madoz y Juan Cotarelo lo calificaban de excelente.

En 1904 este parador se derriba en parte y su lugar es ocupado por un hotelito particular. Posteriormente se convierte en una magnífica granja agrícola y pecuaria, propiedad de Benito Valdivieso, llamada “Villa Luisa”. De esta granja salían diariamente para el despacho de Madrid infinidad de cantaros de leche para proveer a hoteles y fondas y una clientela de lo más selecta. Posteriormente todo el terreno fue comprado por Ignacio Fúster para establecer allí ADASA (Armamento de Aviación, S.A.), popularmente conocida como “Pistones”. Desde 1986, todo ello es el Residencial Cañada Real, más conocido por todos como Los Pitufos.

Plano de 1924 donde se vería el Antiguo Parador (rectángulo superior) y la granja Villa Luisa. Hoy, todo ello serían «Los Pitufos«

EL PARADOR DE DON VICENTE MULLOR, EL MARGARITA, EL BRILLANTE, DON MENDO Y McDONALDS

Otro de los paradores, antigua Casa de Postas, fue el que era propiedad de don Vicente Mullor. A veces pasaban de treinta los carros que paraban allí.

A principios de los años 30, compraron el Parador a Vicente Mullor el matrimonio formado por Dámaso y Margarita. Lo modernizaron y cambiaron su antiguo nombre por el de “Bar Margarita”. Margarita era una mujer rubia muy robusta y lozana.

En aquellos años, dos lugares eran los preferidos por los pinteños para el paseo. El primero era el paseo que había desde el Egido hasta el Margarita. Y el segundo era el que terminaba en la estación de ferrocarril. Siendo un motivo de distracción los pocos coches que entonces circulaban por la carretera y los trenes que circulaban por las vías del ferrocarril.

Miembros de la Legión Cóndor en Pinto durante la Guerra Civil. En la instantánea aparece el desvío de Madrid y San Martín de la Vega. Al fondo «El Margarita». Durante los tres años de la Guerra Civil, «El Margarita» fue un prostíbulo para los soldados nacionales.

La única gasolinera que existía, estaba al otro lado de la carretera, frente al Margarita. Era la gasolinera del Sr. Muñoz.

Posteriormente se realizó otra reforma y en los años 60 y 70 fue conocido como el Bar-Restaurante “El Brillante. Se construyó una piscina, con jardines preciosos con unos leones de piedrecitas verdes que brillaban y mesas al aire libre. La piscina quizá fue la primera que existió en Pinto. Muchas comuniones y bodas se celebraron allí. A mediados de los años 70 se conoció como el mesón Don Mendo, estableciéndose una gasolinera. Desde hace dos décadas se convirtió en un restaurante de comida rápida de una famosa cadena americana.

Estado actual del primitivo Parador de Pinto

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