
El Ayuntamiento de Pinto celebrará este miércoles por la tarde un pleno extraordinario en el que se aprobará el nombramiento de Amelia del Castillo Cobos como Hija Predilecta de la ciudad, culminando así un reconocimiento largamente esperado para una figura pionera en el deporte español.
En octubre de 2024, el Gobierno municipal inició el expediente que ahora se elevará al Pleno con el objetivo de honrar la trayectoria de Amelia como “una mujer pionera, que abrió el camino a muchas otras en el deporte español; un referente, pues, en la historia de la ciudad y del deporte nacional e internacional”. Con esta propuesta institucional, Pinto busca poner en valor la dimensión histórica de la primera mujer que presidió y dirigió un club de fútbol masculino en España y en el mundo.
Nacida en Pinto el 18 de abril de 1943, en la calle Cádiz, Amelia creció entre calles de barro y una vida sencilla marcada por el trabajo agrícola de su familia. Desde niña mostró un carácter decidido y una pasión poco común en aquella época: el fútbol. Rodeada de amigos en un barrio con pocos niños y niñas, comenzó a jugar en la calle, participando en torneos improvisados entre barrios.
Su padre, gran aficionado del Atlético de Madrid, alentó esa pasión. A los 12 años, ante la inexistencia de un equipo en Pinto, surgió entre los jóvenes la idea de crear uno. Muy pronto todos delegaron en Amelia la responsabilidad de organizar aquel sueño que parecía imposible.

En 1961, con 18 años recién cumplidos, asumió las tareas de representación del primer embrión rojinegro: La Flecha de Pinto, formado para participar en un campeonato del Frente de Juventudes. Desde ese momento, Amelia se convirtió en el motor de aquel proyecto juvenil que avanzaba sin apenas recursos, con desplazamientos a pie junto a la vía del tren y un entusiasmo que suplía todas las carencias.
Tras federarse y adquirir la plaza de un club desaparecido, el equipo adoptó el nombre de Atlético de Pinto, fundado oficialmente el 15 de octubre de 1963. Aprovechando un vacío legal, Amelia se inscribió como presidenta, convirtiéndose en la única mujer del mundo que dirigía un club de fútbol en aquellos años.

Su labor no solo fue deportiva, sino también social. En un Pinto de apenas 2.500 habitantes, Amelia impulsó a la juventud hacia la práctica del deporte y fomentó valores de amistad, compañerismo y superación. Sin apoyo municipal y enfrentándose a actitudes profundamente machistas, ejerció de presidenta, delegada, tesorera y secretaria-técnica, gestionando rifas, buscando financiación e incluso escribiendo cartas a personalidades como Vicente Calderón, que acabó ayudando de manera decisiva al club.
Su papel llegó a despertar el interés de la prensa nacional e internacional, así como de la televisión estadounidense CBS, que viajó en 1967 a Pinto para filmar los entrenamientos dirigidos por aquella joven pionera que desafiaba las normas de la época.
El mayor sueño de Amelia fue siempre lograr un campo propio para el Atlético de Pinto. Tras años de esfuerzos, desplazamientos a otros municipios y negociaciones constantes, en 1969 el club pudo comenzar a utilizar un recinto en Pinto, aunque no sin obstáculos administrativos y políticos.
En 1973, a pesar del reciente ascenso a Segunda Regional, Amelia sufrió una dimisión forzada promovida por el entonces alcalde, quien afirmaba que “un equipo de fútbol no lo puede llevar una mujer”. Tras una década de entrega incansable, Amelia aceptó apartarse para evitar la desaparición del club. Aun así, su figura fue reconocida por la Federación Castellana y la Junta Provincial de Educación Física y Deportes con distintas distinciones.

Décadas después, en el año 2000, el Campo Municipal fue remodelado y rebautizado con su nombre, Estadio Amelia del Castillo, en un emotivo acto que supuso un ajuste histórico de justicia con su legado. En 2012 fue nombrada Presidenta de Honor del Atlético de Pinto, y en 2022 volvió a recibir un homenaje durante la III Gala del Deporte. Ese mismo año se convirtió en protagonista de uno de los capítulos del libro Mujeres pinteñas en la Historia I y, en 2023, fue reconocida nuevamente como una de las pinteñas ilustres en la obra De Pinto, mi reina II, ambas escritas por el investigador de la historia local Mario Coronas.
Hoy, su influencia perdura no solo en la historia del club rojinegro, sino en el reconocimiento al papel de la mujer en el fútbol. Amelia abrió un camino que hoy permite que haya presidentas, jugadoras, árbitras y entrenadoras en un deporte que durante décadas le cerró la puerta.
Este miércoles, Pinto saldará una deuda con su memoria y su aportación decisiva al municipio. Amelia del Castillo, pionera, referente y madre de dos hijas que han heredado sus valores, será proclamada Hija Predilecta de Pinto, un honor que simboliza la gratitud de todo un pueblo hacia la mujer que cambió para siempre la historia del fútbol.



