A la izquierda vemos el plano de 1878 y a la derecha el plano de 1923, donde ya aparece el Cementerio y la «Fábrica (ruinosa)» de cartón de los hermanos Albors, señalada con un triángulo rojo, que aprovecharía el paso de la cacera de los Trasonados para instalar su molino papelero.

A comienzos del siglo XX, una notable fábrica de papel y cartón surgió en Pinto, destacándose en el paisaje de la localidad. Esta fábrica, propiedad de los hermanos Rigoberto y Emeterio Albors Montllor, no solo reflejaba la prosperidad económica de la época, sino que también era un testimonio de la herencia industrial de una familia que había marcado profundamente el sector papelero y textil en España.

Los hermanos Albors, oriundos de Alcoy, pertenecían a una familia que había estado en la cúspide de la aristocracia industrial de dicha ciudad. La saga familiar comenzó con Vicente Albors en 1719, quien, en un intento por reducir costos en la producción textil de la Real Fábrica de Paños de Alcoi, estableció en 1756 el primer molino papelero de la ciudad. Introduciendo innovaciones como el cilindro o «pila holandesa», Vicente no solo abarató los costos, sino que también mejoró la eficiencia y calidad de la producción papelera.

Cilindro desfibrador o Pila holandesa

A lo largo de los años, la familia Albors continuó innovando. Emeterio y Rigoberto, la tercera generación, no solo continuaron la tradición familiar en la industria papelera sino que la impulsaron. También diversificaron sus intereses hacia la banca y las finanzas. Con la introducción de la máquina continua de papel y la adopción de procesos más modernos y eficientes, la fábrica logró mantenerse a la vanguardia del sector. Estas innovaciones permitieron a los Albors expandir su influencia, no solo en Alcoy sino también en otras regiones de España, incluida Andalucía, Valencia y Madrid.


Rigoberto Albors, natural de Alcoy, destacó como dueño de la mayor industria papelera regional, unificando diversos molinos en la Fábrica de papel de la Rambla, precursora de Papeleras Reunidas. Poseía la principal papelera en Andalucía y fundó la aseguradora La Unión Alcoyana. Fue clave en proyectos como el ferrocarril Madrid-Aranjuez y Valencia-Madrid por Utiel, y lideró la construcción de infraestructuras en Sagunto y Vinaroz. Además, impulsó la Caja de Ahorros de Alcoy y dejó su legado arquitectónico con el Palacete de Albors en Alcoy. Su influencia se extendió al ámbito político, siendo concejal y diputado provincial, y miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País.

Emeterio Albors Montllor fue una figura prominente de la élite burguesa valenciana a finales del siglo XIX. Miembro activo de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia desde 1883, fue alcalde constitucional de Alcoy entre 1883 y 1885. Empresario de la industria papelera, Emeterio era dueño de «La Claraiana«, la principal fábrica de papel de Onteniente, y de un molino papelero en Alcoy. También controlaba la distribución de papel de fumar en Valencia y tenía inversiones inmobiliarias significativas, incluyendo el edificio en la calle del Mar, 57, en Valencia. En 1881, publicó La industria papelera, un estudio influyente en su campo.

Emeterio, además de participar activamente en la vida económica de Valencia, fundó la Sociedad Anónima Aguas Potables y Mejoras de Valencia, predecesora del actual Grupo Aguas de Valencia.

El legado de la familia Albors no se limita solo a sus contribuciones industriales y financieras; también se refleja en su compromiso con el desarrollo y la mejora de la infraestructura local. Iniciativas como la financiación de proyectos ferroviarios, la canalización de aguas y la construcción de puertos destacan su visión y su impacto en el desarrollo económico y social de España.

Rueda hidráulica en el Molinar

La fábrica de papel y cartón en Pinto es solo un capítulo más en la rica historia de los Albors.

Existen documentos del amillaramiento de los terrenos de Pinto, adquiridos a Ramón García Romero, en la zona norte de Pinto, junto al camino viejo de Madrid, en una zona llamada “el canto del requesonero”, delimitado por la vía férrea de Madrid a Aranjuez.

Allí, junto a la cacera de los Trasonados, compraron también un edificio destinado a la fábrica de yesos. Los hermanos Rigoberto y Emeterio Albors instalaron su molino papelero para la fabricación del cartón.

En el directorio madrileño de 1905, fecha de fallecimiento de Rigoberto Albors, sigue apareciendo la fábrica de cartón de Pinto de los hermanos Albors.

Desconocemos cuanto tiempo estuvo presente esta fábrica en Pinto. En el plano de 1923 aparece como «fábrica (ruinosa). Pero sí disponemos de la sentencia, de 1976, del paso de dichas propiedades familiares a otros propietarios.

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