Pinto contaba en su pasado con multitud de casas solariegas, donde abundaban los viejos lagares, molinos de aceite, almazaras y cuevas donde estaban las bodegas, y posteriormente se dedicaron a la siembra del champiñón. Aún se conservan viejas casonas de tiempos pretéritos, como la que nos ocupa este reportaje.

La Casa del Conde está ubicada en la calle Pedro Faura (antigua calle Valdemoro), la calle Eulogio Moya (antigua calle Cuartel y, más tarde, Cuartel de Simancas) y la calle Perú (antigua calle del Pasadizo o del Arco de la Virgen). La Casa del Conde recibe este nombre en alusión a su antiguo propietario, don Cesáreo González-Maldonado y Leis-Pacheco, I conde de la Concepción.

El conde de la Concepción era un caballero de la antigua aristocracia que honraba su pecho con la cruz de Calatrava y ejercía como abogado de los Tribunales del Reino. Era hijo de don José González-Maldonado Martínez-Bermúdez y doña María Concepción Leis y Pacheco. Poseía un gran número de tierras en Guadalajara. El conde falleció el 6 de diciembre de 1886.

Firma del I conde de la Concepción

En Pinto estableció su residencia desde los años 70 del siglo XIX. En agosto de 1882, durante las fiestas patronales de Pinto, se celebró por primera vez una Exposición de ganado en una población rural gracias a la acción de la escritora y vecina de Pinto, Rosario de Acuña. En aquella ocasión las comisiones de las fiestas y de la exposición fueron presididas por el Conde de la Concepción.

La Casa del Conde durante la gran nevada de «Filomena»

El edificio que fue su hogar tenía originalmente 42 metros de longitud en la calle de Pedro Faura, 13 metros en la calle Perú y 26 metros en la calle Eulogio Moya. Contaba con habitaciones, cobertizo, cuadra, y corrales. Tenía tres alturas con cubierta a cuatro aguas.

El edificio estaba construido con mampostería y verdugadas de ladrillo, tal y como podemos ver en la fachada que aún se conserva esquina con la calle Eulogio Moya. El resto del edificio ha sufrido diferentes modificaciones. Tan solo observamos que la cubierta del número 1 es la única que preserva la cubierta a cuatro aguas. Los números 3 y 5 presentan actualmente un tejado inclinado a una sola vertiente y el número 7 tiene dos tejados distintos inclinados a diferentes aguas.

Ojalá que este antiguo edificio pueda ser restaurado, y si no fuera posible, que en su lugar se construya un edificio a imitación del original.

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