En ePinto nos encanta hablar de pinteños de toda la vida y en esta ocasión retomamos la sección de Pinteños por el Mundo (PxM) con Rubén Pintor y Teresa Donoso, dos pinteños, ahora tres con la llegada de Miguel, que, aunque actualmente residan a casi 2000 kilómetros de nuestro municipio siguen manteniendo esa esencia de pinteños de toda la vida en su mayor expresión.

Una vuelta por todo lo alto, ya que durante la elaboración de este capítulo de PxM nació Miguel, un bávaro made in Pinto. Qué mejor manera de presentarlo en sociedad que siendo protagonista, junto a sus padres, de una de las secciones más populares de ePinto, “Pinteños por el mundo”.

Una historia de amor pinteño como las de nuestros abuelos.  

Rubén y Teresa llevan juntos más de veinte años, un amor para toda la vida.

La historia de Teresa, que llegó a Pinto junto a sus padres en 1995 para quedarse, y Rubén es la historia de amor que podemos encontrar en los “best sellers” de novela romántica más populares. Se conocieron en el colegio Calasanz de Pinto y su bonita historia de amor comenzó cuando ellos tenían tan solo 15 años. Dos décadas después Rubén y Teresa vive en la ciudad de Augsburgo, a tan solo 60 kilómetros del corazón de Babiera, Munich, y acaban de tener su primer hijo, Miguel. Una historia de amor como la de nuestros abuelos.

Tras estudiar bachillerato, Rubén en el Pablo Picasso y Teresa en el Vicente Aleixandre, nuestro pinteño optó por la formación profesional, primero, en el instituto Virgen de la Paloma de Madrid, y posteriormente en los Salesianos de Atocha. Por su parte, Teresa se decantó por la carrera de Turismo en la Universidad Complutense, en su sede de Aranjuez. Ahí se cruzó Alemania en su camino.

La pinteña, que estudio alemán desde pequeña de la mano del popular y muy querido “alemán-pinteño”, Walter Barzt (fundador de la primera academia de idiomas en Pinto, Academia Barzt), acabó haciendo una beca Erasmus en la ciudad alemana de Kempten. Por su parte, Rubén aprovechó para seguir estudiando a través de la UNED, esta vez la carrera de Ingeniería Electrónica y Automática.

La propuesta de su amigo “Placi”, marcó el camino germano.

Rubén y Tere siempre han estado muy unidos a sus amigos de Pinto.

Durante mis estudios de Ingeniería, mi amigo Placi, que también estudiaba conmigo, me comentó la posibilidad de ir a Alemania a trabajar. Se trataba de un programa de la Cámara de Comercio Alemana de España para perfiles relacionados con la electricidad o electrónica”, confiesa el pinteño, que nunca se imaginó que la propuesta de su amigo Plácido Valle, conocido popularmente en Pinto como “Placi”, iba a marcar el devenir de sus vidas. Un programa laboral que ofrecía un curso intensivo de alemán en Madrid y después una formación tipo FP dual, que combina formación con trabajo en empresas.

Rubén fue pasando filtros y finalmente fue uno de los 10 seleccionados en la Comunidad de Madrid para formar parte del programa. Ahí comenzó sus viajes en la insufrible línea C-3 de Cercanías Renfe a un curso intensivo de alemán que duró 3 meses, su bautismo con el idioma germano y finalmente el billete hacia su nueva aventura lejos de su querido Pinto natal.

Los duros inicios en Alemania.

El pinteño Rubén junto a dos compañeros durante sus primeros meses en Alemania.

Desde hace años son muy populares los programas donde aparecen madrileños contando su maravillosa y exitosa vida en el extranjero, pero muy pocos cuentan las complicaciones que existen al llegar y las mil vicisitudes que pueden llegar a producirse hasta lograr asentarse. “Los inicios fueron muy complicados por varios motivos. No tanto a nivel burocrático, ya que Alemania se encuentra dentro del a Unión Europea [espacio Schengen], pero sí a nivel personal”, rememora el pinteño con ePinto.

El calendario marcaba junio de 2012, cuando nuestro pinteño llegó hasta la pequeña ciudad alemana de Schleiz, al este de la provincia de Turingia y muy cerca de la frontera con la República Checa. En este momento solo, ya que Teresa se uniría a él más tarde.

Aunque al inicio la experiencia en Alemania no fue como esperaba, Rubén prefiere quedarse con las cosas buenas.

Todo pintaba muy bien en España, pero cuando llegué a Alemania había muchas cosas que no se habían aclarado anteriormente, como los viajes a España, el sueldo, las horas de trabajo, entre otras. Llegamos y nos alojaron en una especia de campo de concentración moderno, una experiencia que hay que vivirla y prefiero quedarme con las cosas buenas, que también fueron muchas”, rememora con hartazgo nuestro protagonista de PxM. Una situación, que incluso llegó a ser denunciada por la prensa española.

La consolidación en tierras germanas.

Rubén y Teresa se han adaptado a Alemania de forma formidable. Eso sí, sin olvidar Pinto.

No obstante, Rubén pronto mejoró su alemán y logró convalidar sus diferentes titulaciones superiores en la rama de la mecánica y la electrónica. Lo que provocó que se le abriera infinidad de oportunidades labores. En septiembre de 2013, logró entrar como técnico de mantenimiento en la prestigiosa empresa ferroviaria Deutsche Bahn (DB) en Múnich. Un salto cualitativo que mejoró enormemente su situación en Alemania. Ya en la principal ciudad de Baviera, Teresa hizo las maletas y se fue a vivir a Múnich con Rubén. La pinteña recuerda que una de las cosas más valiosa en Alemania es lograr un alquiler, ya que son muy altos debido a la baja oferta existente.

Paralelamente, Rubén siguió formándose y tras cinco años en DB y con un nuevo título superior bajo el brazo, fichó por la empresa Bertrand, una compañía que trabaja directamente para BMW.

El trabajo y la constancia de la pareja ha sido clave en su vida.

En 2021, las oportunidades volvieron a aparecer y con un buen nivel de alemán (C1 en el instituto Goehte), una formación en constante crecimiento y con más de diez años de experiencia en el sector, Rubén fichó por la empresa valenciana STADLER RAIL, una de las empresas españolas más importantes del sector ferroviario. “STADLER RAIL necesitaba a una persona en Alemania para llevar la garantía y un control de calidad aquí en Alemania. Un puesto que encajaba perfectamente con mis inquietudes profesionales y personales, siempre con vistas a volvernos a España cuando acabe el proyecto dentro de unos 3 años”, confiesa Rubén a ePinto.

Este cambio laboral, llevó a Rubén y a Teresa a trasladar su residencia a Augsburgo, una ciudad que se encuentra a 60 km de Múnich, donde actualmente residen felizmente y donde ha nacido Miguel, nuestro tercer protagonista en este capítulo tan especial de PxM.

Por su parte, Teresa trabaja como administrativa en el departamento de ventas de una empresa de electrónica.

Un día a día muy español.

Actualmente viven en Augsburgo a unos 60 kilómetros de Múnich.

Nuestro día a día es bastante normal. Aunque aquí la cultura es muy diferente a la española, nos hemos adaptado muy bien y debemos reconocer que para nosotros Alemania es nuestra segunda casa. Pero eso sí, siempre que viajamos a Pinto, las maletas vienen cargadas de jamón, queso, etc…”, explica Rubén sobre cómo es su día a día en Augsburgo. Eso sí, lo que no falla desde que llegó a Alemania es ver los partidos del Real Madrid, del que Rubén es fan incondicional.

La vida aquí es más tranquila y no tan espontánea como en España. Se echa de menos que surjan esos cafés con amigos o compañeros después del trabajo, aunque yo siempre he tenido mucha suerte en mi ambiente laboral, ya que ha sido en su mayoría multicultural”, añade Teresa a ePinto.

Rubén y Teresa se han convertido en unos grandes embajadores de Pinto en Alemania.

A nivel laboral reconocen que las condiciones son muy buenas y el trato con los superiores son inmejorables: “Son frecuentes tener una reunión anual de forma personalizada para hablar sobre qué te parece bien de la empresa, que te parece mal, tratar el tema salarial…”. Una situación muy diferente a las relaciones personales entre compañeros de trabajo, donde confiesan que se suelen limitar a lo estrictamente profesional en la mayoría de los casos. Un hecho que no ha influido en los numerosos amigos que han hecho Rubén y Teresa desde que llegaron a Alemania. Incluso son varios los que han visitado Pinto. Sin duda, tienen madera de embajadores de nuestro querido municipio.

Reconocen que también se sienten muy cerca de los suyos, aunque estén a cientos de kilómetros. Las nuevas tecnologías y las numerosas visitas de familiares y amigos hacen que su estancia “lejos de su patria no haya sido tan dura”, además reiteran, para los que no se dan por aludidos, que su casa “ha sido siempre una casa abierta para todo el mundo”.

Las visitas de amigos y familiares ha sido una constante en el día a día de Rubén y Teresa.

Otras de las diferentes fundamentales del día a día es la sanidad. “Aquí la sanidad funciona de manera privada. Como ventaja tienes que puedes elegir el médico que quieras y te hacen muchas pruebas. Por el contrario, desde mi punto de vista deja mucho que desear porque realmente no te ven como un paciente y sí como un cliente. Tengo la sensación de que no es tan vocacional como en España y en muchas ocasiones te intentan operar a la mínima, aunque no haya una necesidad imperiosa, ya que ellos la facturan a través de la aseguradora médica”, explica Rubén sobre alguna de las principales diferencias que ve con respecto a España.

“A mí por desgracia me ha tocado ir al médico a menudo en Alemania por una lesión que me provoqué aquí, y solo he tenido malas experiencia. En España, quizás la Seguridad Social funcione lenta y haya cosas a mejorar, pero tenemos mejores profesionales que en Alemania”, sentencia Rubén.

Otro de los hándicaps que han descubierto en Alemania es la burocracia como confiesa Teresa: “La burocracia es un poco compleja. Se necesitan muchos documentos y muchas horas, pero está todo en su mayoría bien organizado. En cuanto a civismo…nos llevan unos pocos años, suele estar todo muy limpio, hasta los aseos públicos. Claro que siempre hay que dejar una monedita. Cuidan mucho la contaminación acústica y lumínica. Eso se traduce que nunca hay fiestas en la calle más tarde de las once de la noche, salvo con casco, y los parques y carreteras no suelen tener muchas farolas por lo que en invierno como anochece tan pronto es un fastidio”, explica Teresa.

Respecto a Pinto, reconocen que aunque su actual residencia esté a casi 2000 kilómetros de distancia, siguen muy de cerca la actualidad de Pinto a través de las redes sociales. Además, suelen venir entre 3 o 4 veces al año, para no perder la costumbre.

El pinteño Rubén Pintor un gran embajador de Pinto y del Real Madrid.

La Peña Madridista de Múnich cuenta con unos 130 miembros, que siguen al equipo merengue allá donde juegue.

Realmente Teresa y Rubén podrían perfectamente tener cabida en la sección de “Pinteños sobresalientes” debido a su gran pasión por Pinto y por el Real Madrid. El pinteño, que como hemos comentado, no se pierde ni un solo partido del Real Madrid e incluso ha sido presidente de una peña madridista en Alemania durante ocho años. “Cuando llegué a Múnich tuve la suerte de que existía una peña del Real Madrid fundada en 2010. Siempre fui un miembro muy activo hasta tal punto que he sido presidente entre 2016 y 2024. Actualmente tenemos unos 130 socios, muchos de ellos ya no viven en Múnich pero siguen perteneciendo a la peña”, rememora Rubén.

Es un fijo en las retransmisiones televisivas ver la bandera de España con el nombre de Pinto por todos los campos del viejo continente.

Somos una peña muy activa y muy conocida, ya que viajamos mucho para animar al equipo. La localización de Múnich nos permite que los desplazamientos, sobre todo en partido de la Champions League, sean relativamente sencillos por su cercanía a la ciudad”, explica el pinteño.   

Alemania, un país de oportunidades.

Rubén y Teresa han demostrado que el amor puede con todo.

Sin ninguna duda, pero creo que es importante tener una buena base de alemán e intentar aprenderlo lo mejor posible, tanto eso como respetar su cultura, aunque esto son normas básicas para cualquier extranjero en cualquier país”, responde Rubén a la pregunta de si recomienda hacer las maletas para emigrar a Alemania.

A mí el conocer bien el idioma me ha abierto muchas puertas, pero que nadie se piense que te vienes a Alemania con 3000 euros y en tres meses sabes hablar alemán y te has hecho de oro, porque no es así. Es mucho más complicado. Es cierto que los salarios son más elevados que en España, pero también es mucho más alto el nivel de vida, el alquiler, los supermercados…”, reconoce el pinteño.

Si estás dispuesto a adaptarte es un buen país para vivir. Estar fuera te hace apreciar aún más todo lo que tenemos en casa. La comida, los amigos, el tiempo, nuestra forma de ser, de vivir…”, añade Rubén.

Un mensaje muy especial para su cole, el Colegio Calasanz.

Tere y Rubén son un ejemplo como pinteño de toda la vida y dignos protagonistas de PxM.

Para finalizar, no querían dejar pasar la oportunidad de mandar un cariñoso y cálido mensaje al que fue su cole, el Colegio Calasanz y todos sus profesores: “Una de las cosas que más nos ha marcado de Pinto, fue toda la educación recibida en el Colegio Calasanz, la mayor parte de mis amigos, fueron al colegio conmigo. En ese colegio aparte de darnos una formación también se preocuparon de enseñarnos cosas que no están en los libros y eso es fundamental para la vida”. Un detalle que pone en valor la calidad humana que posee Rubén y Teresa, unos pinteños que no olvidan sus orígenes y mucho menos a su pueblo, Pinto.

Rubén Pintor y Teresa Donoso recogen el testigo del chef pinteño que triunfa en Australia, Rubén López Mesa, y del jugador de fútbol sala que se convirtió en un referente en Reino Unido, Eduardo Tijerín, para responder este genuino y original cuestionario que bautizamos como Made in Pinto”. Diez preguntas que harán las delicias de los pinteños y pinteñas más exigentes y que seguro erizará la piel a más de uno. ¡Vamos con ellas!

1. ¿En qué colegio e instituto estudiaste en Pinto?
Rubén: Colegio Calasanz donde tuve la suerte de conocer a la mujer de mi vida. Posteriormente fui al Pablo Picasso.

Teresa: Calasanz, aquí pasé mi infancia y conocí a muchos amigos y al amor de mi vida y al papá de nuestro hijo Miguel. Recuerdo con mucho cariño a los profesores que tuve y a la forma involucrarse con los alumnos. 

2. ¿Cuál es tu lugar favorito de Pinto?
Rubén: La plaza del ayuntamiento de Pinto y el Parque de El Egido

Teresa:  No tengo lugar favorito, pero, aunque haya vivido en otros sitios como en San Martin de la Vega, Pinto sí que lo siento como mi casa.  

3. ¿Cuál es tu mejor recuerdo o experiencia en Pinto?
Rubén: Tengo un bonito recuerdo de mi infancia en la plaza de la Rábida, de las fiestas de pinto cuando todo se llenaba de peñas, y esos desayunos en los saladitos de la plaza de las Capuchinas después de que cerraran los bares de la calle Real. Sin olvidar esas noches de maratón de futbol sala en el poli Egido.

Teresa: Ahora que está en auge el futbol femenino me acuerdo mucho de cuando jugaba en el equipo del querido pinteño Félix “El Pipa” [Montes León / Londres Sur] y lo bien que nos lo pasábamos. Fue una época maravillosa.

4. ¿Cuál es tu establecimiento, bar o cafetería favorita de Pinto?
Rubén: Cafetería Sanabria porque pertenece a la familia de Tere. El Trazos porque me ha quedado siempre muy cerca de casa.

Teresa: Sin duda, la cafetería Sanabria, es de mis padres desde hace muchos años y ahora llevada por mi hermano, Miguel.  Aquí hemos celebrado muchas fiestas, recuerdo la fiesta sorpresa de los 18 de Rubén, su despedida cuando se fue a Alemania, todos mis cumpleaños, Navidades, Nocheviejas…

5. ¿A quién echas de menos de Pinto?
Rubén: A mi familia y amigos. Además, aunque no le conociera personalmente, a “El Betis” con su látigo en los encierros de Pinto.

Teresa:  Mis amigos y familia siempre están ahí cada vez que vuelvo, pero algo que echo de menos es ver en navidad la terraza iluminada de Walter [Walter Barzt] desde la fuente de los Cuatro Caños del parque de El Egido.  

6. ¿Qué es lo que más te ha sorprendido de Pinto desde que te has ido?
Rubén: Todo lo que ha crecido, creo que cuando me fui en 2012 había casi la mitad de habitantes que actualmente.

Teresa: Todo lo que ha crecido y que cada vez que vuelvo hay algo nuevo, para mí el barrio de la Tenería es como otro pueblo, la verdad. 

7. Si no te hubieras ido a vivir fuera y te hubieras quedado a vivir en Pinto ¿Dónde te hubiera gustado?
Rubén: Por supuesto, me encanta la ubicación de la casa de mis padres entre la plaza del ayuntamiento y El Egido.

Teresa:  No lo sé, la verdad, ya hace más de 17 años que no vivo allí. 

8. ¿Qué te llevarías de Pinto a tu actual residencia?
Rubén: Es muy cómodo vivir en un pueblo sin semáforos, y muy bonito vivir en un sitio sin edificios altos

Teresa:  Hace poco salió en la tele que Pinto está de moda por su ausencia de semáforos, como nosotros estamos acostumbrados a ello en Pinto no le habíamos dado importancia, pero creo que es algo interesante a implementar en otros lugares. Aunque en el pueblito donde vivimos ahora solo hay uno y es porque pasa el tren. 

9. Ahora que vives fuera y ves a Pinto desde otro prisma ¿Qué te gustaría cambiar de Pinto?
Rubén: Pues creo que hace falta desde hace mucho tiempo otra piscina municipal, tanto de verano como climatizada. Y aquí que funciona mucho el tema de la bici, no estaría mal que se retomara el carril bici que se puso en su momento y que funcionara bien.

Teresa:  Hace muchos años se intentó el tema del carril bici por el casco urbano. Le volvería a intentar dar una vuelta a ese tema. Es de las cosas que más me gusta de este país y centro Europa en general, ir a todos los sitios en bicicleta. 

10. ¿Volverás a Pinto?
Rubén: Nunca me fui, sigue estando muy presente. Sí, seguro que volveré, aunque no sé si de vacaciones o para vivir.

Teresa:  En vacaciones y para ver a los míos, siempre. A vivir…es otra historia.

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