Muchas generaciones de pinteños y pinteñas todavía recuerdan con cariño a uno de los profesores de educación física más carismáticos que han pasado por el municipio de Pinto. Convertía las “clases de gimnasia” en un verdadero aprendizaje mientras se practicaban deportes como el voleibol, bádminton o balonmano. Sin olvidar los temidos ‘Test de Cooper’ o las series de sprint de 50 metros, que eran mano de santo para quitar las legañas a primera hora en pleno mes de enero.
Ese es Carlos Aragón, un profe que es capaz de ponerse a correr junto a los alumnos, entrenar a la selección española de esquí alpino o ser uno de los concursantes más populares en el mítico programa presentado por Ramón García y Ana Obregón, “Qué apostamos”, emitido durante siete años (1993-2000) en Televisión Española.
Del IES Pablo Picasso de Pinto al plató de ¿Qué apostamos? con Ramón García.
Como muchos alumnos y profesores, hace unos días volvió a las aulas uno de los profesores más populares y queridos en el municipio de Pinto, Carlos Aragón. Maestro de educación física que actualmente desempeña su labor docente en el pueblo vecino de Valdemoro, pero que estuvo dando clase durante18 años en nuestra localidad. Se convirtió en todo un referente para sus alumnos, primero en el IES Pablo Picasso (1997-2013) y posteriormente en el IES Calderón de la Barca (2013-2015).
Actualmente continúa muy ligado a nuestro municipio gracias a su labor como miembro de la directiva del Pintobasket, entidad donde juegan sus tres hijas. “En la actualidad hago bueno el refrán de “Entre Pinto y Valdemoro”. Vivo y trabajo en Valdemoro, pero acudo a diario a Pinto. Mis tres hijas juegan al baloncesto en Pintobasket y yo trato de ayudar al crecimiento del club formando parte de la Directiva. Doy fe de qué Pinto tiene grandes clubes para la formación de niños y jóvenes en los principales deportes de equipo, Fútbol, Baloncesto, Voleibol y Balonmano porque conozco de cerca el buen trabajo que están desarrollando las directivas de todos los clubes pinteños”, reconoce a ePinto Carlos Aragón sobre su actual vinculación con nuestro municipio. Hablar con Carlos Aragón, es hablar con una persona que se desvive por sus alumnos y por su familia.
Su idilio con la gran pantalla comenzó gracias a la practica del salto de pértiga. La demanda de saltadores de esta especialidad deportiva para publicidad y televisión le llevó a participar en dos anuncios televisivos doblando a los actores en las escenas de salto con pértica. Uno de ellos llegó a ser el anuncio que promocionó el televisor Phillips K100 en España en 1987. El otro anuncio donde participó fue para una compañía de telecomunicaciones en Polonia.
Tras esta experiencia, a principios de 1998 a nuestro querido profesor le propusieron, junto a otro atleta, la posibilidad de participar en uno de los programas más populares de la noche de los viernes en la televisión española, ‘¿Qué apostamos?’, presentados por el mítico Ramón García y Ana Obregón, que posteriormente cedió el testigo a la italiana Antonia Dell’Atte.
El propio Carlos recuerda 22 años después en qué consistía el reto que les habían propuesto: “Consistía en efectuar un salto con pértiga sin derribar el listón, hasta ahí todo normal, pero y aquí viene lo realmente difícil, ponerse unos “shorts” o calzones en el aire durante la caída. La posibilidad de conseguirlo era muy baja, y por consiguiente muy alta la de que algo saliera mal y hacer un espantoso ridículo ante millones de personas sentadas frente al televisor”.
Una hazaña televisiva contada desde bambalinas.
El maestro pinteño narra en primera persona cómo vivió el ser protagonista de la noche de viernes ante millones de espectadores, que esperaban ver uno de los retos más complicados propuestos en el mítico programa de RTVE: “Al principio mi compañero y yo nos lo tomamos como un juego entre bromas, pero las pocas veces que habíamos hecho un hueco en los entrenamientos para practicar el reto, no recuerdo haberlo conseguido ni una sola vez. Los pronósticos durante el ensayo general del programa la semana anterior, no fueron más halagüeños: tres intentos desastrosos, principalmente debido a las condiciones para saltar en el estudio de grabación, radicalmente diferentes a una pista de atletismo.
Finalmente, como una sentencia inexorable, llegó la noche del programa en riguroso directo para toda España. No tenía elección, mi compañero de entrenamientos se había lesionado y sólo quedaba yo para poder intentarlo. Durante aquella edición del “Qué Apostamos”, los presentadores e invitados del programa tenían que “mojarse” y apostar a favor o en contra de si el concursante iba a lograr el reto. Ni que decir tiene, que todos votaron que no. Ramón García, Antonia Dell’Atte, la modelo Claudia Schieffer, los toreros Finito de Córdoba y Rafi Camino, así como el dúo Los Morancos. Si acertaban se libraban. En caso de errar en su pronóstico tenían que pagar una especie de “penitencia” en forma de broma, cantando o disfrazándose en el plató. Quizá que todos apostaran en mi contra me estimuló a intentar llevarles la contraria.
A lo largo de mi carrera como atleta me había enfrentado muchas veces a la tensión de la competición, ese instante en que te juegas el todo o nada, la victoria o la derrota. Años de trabajo y sacrificios para alcanzar un título o una medalla. Ninguna de esas cosas me sirvió en aquel momento. Recuerdo que sólo pensé que tenía que intentarlo. Tenía que dar ejemplo a mis alumnos de que no hay que rendirse jamás, aunque parezca que algo es imposible de alcanzar, que todo está en tu contra, que no hay ninguna posibilidad.
Ramón García hizo una detallada explicación de la dificultad del salto a los telespectadores. Cuando acabó, me deseo suerte y se hizo el silencio. Mi corazón latía a mil. Levanté la pértiga, suspiré y comencé a correr…
Durante el salto apenas hay tiempo de pensar nada. Todo son gestos automatizados. El fruto del trabajo de los entrenamientos. No hay margen para la improvisación, o lo llevas dentro o fallas. Con decisión clavé la pértiga en el cajetín y volé… de repente cuando superé el listón hubo un gran ¡oooohhhh! del público del plató seguido de un gran aplauso al aterrizar sobre la colchoneta. Ramón García me pidió que me pusiera en pie, increíblemente los “shorts” estaban colocados en su sitio. ¡Prueba superada!, gritó el presentador, y el característico sonido de la melodía del programa resonó por todo el set”.
Carlos Aragón se había convertido en el protagonista de la noche y el héroe para cientos de alumnos que seguían atónicos desde el sofá del salón la proeza de su “profesor de gimnasia”. Esa noche cientos de padres conocieron en persona al responsable de que sus hijos tuvieran que vestir chándal dos días por semana. Pero también fue uno de los culpables de que hoy en día Pinto cuente con una salud de hierro en el ámbito deportivo porque ese maestro que se puso unos calzoncillos ante millones de telespectadores ha sido el responsable que algunos de sus alumnos sean referentes en el deporte regional, nacional e incluso internacional.
“Aquella experiencia constituye un recuerdo imborrable, no tanto por lo que sucedió en plató, sino por lo bonito que fue el reencuentro con todos los alumnos y profesores del IES Pablo Picasso. La mayoría vio el programa y participó en la votación telefónica que efectuaba el público desde sus casas. Grandes recuerdos de todos ellos a los que desde aquí envío un fuerte abrazo. La sensación de aquellos días se describiría hoy como “trending topic”, contando a todos la experiencia vivida en la tele, incluso a gente desconocida saludándome por la calle y felicitándome por mi participación en el programa. Todavía hoy día mis antiguos alumnos mayores me recuerdan aquello cuando nos encontramos por las calles o comercios de Pinto”, rememora emocionado Carlos Aragón sobre cómo fue volver a las aulas el lunes siguiente a su participación en el programa ‘¿Qué apostamos?’.
Un pinteño de corazón y amante del deporte.
A nivel personal, Carlos ha vivido “grandes momentos de su vida” en Pinto. Aparte de haber trabajado muchos años, hace más de 20 años que contrajo matrimonio con su mujer, Nieves, en la Iglesia de Santo Domingo de Silos. Un amor que se fraguó en una pista de atletismo. Ambos eran saltadores de pértiga. Esa pasión por el deporte se mantiene y ambos compiten en categoría máster en salto de pértiga. “Saltamos mucho menos, pero lo seguimos pasando igual de bien compitiendo juntos. El confinamiento de la pasada primavera nos privó de participar en el Campeonato de Europa Máster que se iba a celebrar en Lisboa (Portugal)”, comenta el polifacético pinteño. Lo que si que no se van a perder es el próximo Campeonato de España Máster que se va a disputar el próximo fin de semana (10-11 de octubre) en Cádiz.
Toda la vida de Carlos ha estado vinculada al deporte, como deportista primero y como Licenciado en Ciencias de la Actividad Física después. Tras abandonar su etapa como deportista, y antes de dedicarse a la enseñanza, el pinteño fue preparador físico del Equipo Nacional de esquí alpino masculino durante seis años, realizando concentraciones de pretemporada con los atletas en Pinto. Todo ello antes de competir por media Europa. “Recuerdo con mucho cariño esas concentraciones. Nos alojábamos en el hotel Plaza Santiago y luego íbamos a entrenar al pabellón Sandra Aguilar, entre otros lugares”, rememora el expreparador físico de la selección española de esquí alpina.
En 2005, junto a su esposa, recibieron el Premio ZigZag de Deportes 2005 por lo que él denomina como una de sus pasiones, la fotografía submarina. Como instructores de buceo habían participado en campeonatos autonómicos y nacionales de submarinismo representando a la Comunidad de Madrid. Gracias al apoyo del Ayuntamiento de Pinto, pudieron acercar las maravillas submarinas a todos los vecinos y vecinas del municipio en una exposición en la Casa de la Cultura compuesta por sus mejores fotografías.
El deporte y Pinto son parte de su ADN y por ello, no quiso perder la oportunidad de pedir un deseo: “Desde aquí animo a los políticos y responsables municipales a volcarse en el apoyo al deporte como medio de formar mejores ciudadanos, concienciados en valores indispensables que sólo la práctica deportiva puede ayudar a alcanzar. A pesar de la situación provocada por el Covid19 que nos toca vivir a todos en la actualidad, deben trabajar para habilitar las medidas y protocolos de seguridad necesarios para no relegar la práctica deportiva municipal a un segundo plano, de lo contrario cuando superemos esta pandemia, que lo haremos, los problemas de salud física y mental de la sociedad derivados de la inactividad serán tanto o más peligrosos que el Covid19”.
Carlos Aragón vuelve demostrar que la historia de Pinto la escribimos los pinteños sumando nuestro granito de arena. Carlos hizo una gran labor docente impartiendo educación física a cientos de pinteños y pinteñas. Chicos y chicas que tuvieron su primera toma de contacto con el deporte de la mano de uno de nuestros profes preferidos, que se ganó el respeto y la admiración a base de trabajo y sacrificio. Un ejemplo para jóvenes y mayores.
Desde ePinto queremos darle las gracias por su contribución a Pinto. Siempre quedará en nuestras memorias aquella noche de viernes de hace 22 años y ese salto de pértiga con calzoncillos incluidos del que ha sido para muchos, del profesor de educación física que marcó su adolescencia.