En la segunda mitad del siglo XIX, gracias al nuevo medio de transporte del ferrocarril, Pinto se convirtió en un destino ideal para pasar la época estival. Aristócratas, militares, políticos, industriales y artistas elegiran Pinto para pasar el verano.

Comenzaron a surgir en nuestro municipio preciosas villas y lujosos hotelitos. Los beneficios para la salud, por su aire puro, el sol y especialmente sus aguas, hacían de Pinto un destino idílico para una selecta sociedad de la corte. Era la distinguida Colonia Veraniega, que animaba el verano con un amplio abanico de actividades culturales.

En 1898 el acaudalado propietario Antonio Pérez de Torregrosa construye a las afueras del caserío, y próximo a la estación del ferrocarril, un barrio de soberbios hoteles para ser alquilados durante el verano. En él se instalará la Colonia Veraniega.

La Casa Fuster junto a los hoteles de la Colonia Veraniega, la ermita del Cristo con su olmo centenario y el café Colón, la estación del ferrocarril, la fábrica de la Compañía Colonial y en el centro, la futura urbanización NovaPinto, en una imagen de 1936.

Muy próximo a este barrio se encontraba desde 1866 la célebre fábrica de la Compañía Colonial, de la familia Méric. La primera fábrica de chocolates de España movida al vapor y netamente industrial. También en las cercanías se encuentra la Torre de Pinto, donde permaneció encerrada, entre otros, la bella princesa de Éboli. Frente a la estación encontramos la ermita del Cristo, construida en el siglo XVIII, donde se conserva la talla del Cristo del Calvario, una talla en madera policromada de finales del siglo XVI. Junto a la ermita está el olmo de más de 300 años, catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid. En las inmediaciones de la plaza del Cristo se encontraba el desaparecido y emblemático Café Colón.

Junto a los hoteles de la Colonia Veraniega, estaba situada la residencia de los Pérez de Torregrosa, el llamado Hotel Villamaría, siendo el centro neurálgico de las fiestas de la selecta sociedad veraniega. En 1912 este hotel fue adquirido por el ingeniero naval Nicolás Fúster Romero para el descanso estival de su familia. Sería conocida desde entonces por la Casa Fúster, hoy Parque Municipal Nicolás Fúster.

Los hermanos Ignacio y Nicolás Fúster construyen en 1963, frente a la finca de la Casa Fúster, la empresa Frenos, dedicada a los sistemas de frenado, ocupando 8000 metros cuadrados entre talleres y oficinas.

En este emblemático solar, en pleno corazón de Pinto, se pondrá en marcha NovaPinto, una exclusiva urbanización situada en un enclave histórico de Pinto relacionado con el progreso y el descanso. Situado junto al parque municipal Nicolás Fúster, los hoteles de la Colonia Veraniega, la ermita del Cristo, del siglo XVIII, y su olmo centenario, catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid, la estación del ferrocarril, reformada en 1925, la Torre de Pinto y el centro histórico del municipio.

Una oportunidad única para ser un vecino de esta nueva urbanización.

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